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Tierras raras

Tierras raras

Descubren el mayor yacimiento de tierras raras de Europa, con 8,8 millones de toneladas de recursos

Su extracción se tendrá que enfrentar a la oposición de los ambientalistas, pero supondría un avance importante en un sector en el que Europa depende al 98 % de China

Las tierras raras continúan siendo uno de los elementos naturales más codiciados del planeta. Se trata de 17 elementos químicos que se utilizan para la fabricación de bienes que usamos cada día, como los ordenadores, así como para la producción de paneles solares, aerogeneradores eólicos o coches eléctricos, cada vez más demandados en un mundo que busca la energía renovable.

En los últimos años se ha intentado buscar este tipo de materiales en suelo europeo, y es que actualmente, un 98 % de las tierras raras utilizadas en la Unión Europea son importadas de China. Y parece que ese anhelo se ha materializado.

Un grupo minero noruego anunció esta pasada semana que un yacimiento de tierras raras en el sureste de Noruega es el mayor depósito de Europa de estos elementos químicos fundamentales para la transición ecológica.

A pesar de que el país no pertenezca a la UE, este hallazgo podría contribuir a que, en el futuro, el Viejo Continente dependa en menor medida del gigante asiático. La empresa Rare Earths Norway informó que tras sus exploraciones, calcula que el yacimiento de Fensfeltet contiene 8,8 millones de toneladas de recursos.

«Después de tres años de perforación y de análisis una estimación inicial de los recursos minerales muestra que Fensfeltet es el mayor yacimiento de elementos de tierras raras de Europa», afirmó la minera en un comunicado. Y es que supera al depósito de Kiruna, en Suecia, cuyas reservas se estiman entre uno y dos millones de toneladas de materias primas, aunque aún no está siendo explotado.

Rare Earths Norway informó que sus cálculos se basan en estimaciones realizadas con la ayuda de la consultora canadiense WSP, concluyendo que el yacimiento contiene 1,5 millones de toneladas de recursos para la fabricación de imanes de tierras raras, utilizados –entre otras cosas– en coches eléctricos y turbinas eólicas.

La extracción podría comenzar en 2030, con una inversión estimada de 10.000 millones de coronas noruegas –867 millones de euros– en la primera fase, según Rare Earths Norway. Sin embargo, este movimiento tendrá que enfrentarse con toda seguridad a la presión de los ecologistas, que se oponen ante cualquier tipo de explotación medioambiental.

Reducir la dependencia de China

La Comisión Europea proyecta que la demanda de tierras raras se multiplicará por 26 para el año 2030, por lo que es crucial avanzar hacia el autoabastecimiento y reducir la dependencia de China cuanto antes. El gigante asiático mantiene prácticamente un monopolio en este sector, lo que le confiere una ventaja estratégica significativa.

Esta situación ya ha encendido las alarmas en países como Estados Unidos y Japón. En 2010, China interrumpió el suministro de tierras raras a Japón debido a un conflicto territorial, lo que llevó al país nipón a diversificar su cadena de producción. En el caso de Estados Unidos, aunque no se materializó una interrupción similar, surgieron temores en 2019 en el contexto de la guerra comercial entre ambas naciones.

El incremento en la demanda de estos materiales se debe a la transición energética que prácticamente todo el mundo ha comenzado a adoptar. Las baterías para vehículos eléctricos y los sistemas de almacenamiento de energía provenientes de paneles solares y aerogeneradores requieren elementos como litio, níquel, cobalto y grafito.

Además de China, que posee 44 millones de toneladas de estos materiales, otros países con grandes reservas son Vietnam (22 millones de toneladas), Brasil (21 millones), Rusia (12 millones) e India (7 millones).

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