Así es el coipú, la especie invasora que ya es una amenaza en muchos ríos de España
Se trata de un animal que, a simple vista, podría confundirse con una nutria o con un castor pero que, pese a su aspecto adorable, se trata de una de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo. Hablamos del coipú (Myocastor coypus), originario del sur de Hispanoamérica y que habita en diversos tipos de humedales.
Según la descripción que ofrece el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), el coipú es un roedor similar a una rata grande de pequeñas orejas, con el extremo del hocico y las mejillas de color blanco, con largos bigotes blancos y unos característicos incisivos de color anaranjado de gran tamaño, siempre visibles.
Se trata de un animal semiacuático, con una alimentación básicamente herbívora, consumiendo raíces, hierbas, frutos, productos agrícolas, etc. El problema es que suele dañar una amplia gama de especies vegetales llegando a provocar la extinción local de algunas especies de plantas acuáticas.
Pero no es el único daño que provoca esta especie invasora cada vez más habitual en España. También deteriora las zonas de freza de los peces y reduce las áreas de nidificación de las aves acuáticas, además de degradar las orillas de los ríos debido a su hábito escarbador, desestabilizando las riberas e incluso destruyendo algunas infraestructuras del cauce como diques.
Por otro lado, desde el Miteco se advierte que esta especie exótica invasora puede afectar negativamente a los cultivos agrícolas y también a la salud pública, ya que es un reservorio o vector de determinados agentes patógenos para la salud humana y animal, como son la Fasciola hepática o las leptospiras.
Distribución
La mayoría de ejemplares de esta especie se concentra en Cataluña, País Vasco y Navarra, aunque ya se ha divisado en otras zonas del país, como en las provincias de Alicante o Granada. Entraron a España a través de la frontera francesa hace aproximadamente 15 años, aunque desde la década de los 70 se han observado ejemplares procedentes de pequeñas granjas situadas en la cuenca del río Tordera y en otras rieras de las comarcas del Ripollés y La Selva.
En Cataluña han querido ponerle coto a la situación y se ha logrado ya reducir un 40 % la población de estos animales en varias comarcas de Gerona gracias a un plan de choque que puso en marcha la Generalitat en 2023. En concreto, las zonas en las que se ha llevado a cabo son el Alto y el Bajo Ampurdán, La Garrocha, el Pla de l'Estany, el Gironés y la Selva.
Las medidas se han centrado en colocar trampas nocturnas en aquellos lugares donde saben que el animal está implantado. De esta forma, tal y como se explica en Ara, dejan un trozo de manzana dentro y, cuando el coipú entra para comérsela, queda atrapado. Con esto se atraparon 1.548 ejemplares, lo que multiplica por cinco las cifras de 2022.
Pero la Generalitat ya anunció en marzo que intensificaría el plan de choque en las comarcas gerundenses realizando formaciones específicas e implicando a profesionales de las administraciones locales y de empresas. De esta manera quieren frenar la extensión de este animal para proteger la biodiversidad y los cultivos.