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Polilla del bojPxhere

Una plaga de polillas afectará a varias zonas del norte tras defoliar varias hectáreas de bosques

Las orugas de la polilla del boj ha causado estragos en Navarra, Aragón o Cataluña y ahora se espera la eclosión de las mariposas

La polilla del boj está presente desde 2014 en España y se ha ido propagando paulatinamente por nuestro país, procedente de Asia. A su paso, bosques defoliados por sus orugas y plagas de mariposas que, previsiblemente, harán su aparición en varias comunidades del norte peninsular entre finales de septiembre y principios de octubre.

Esta especie invasora (Cydalima perspectalis) es originaria de las regiones de clima templado y subtropical de Asia oriental, frecuente en países como China, India, Japón y Corea. Se alimenta, sobre todo, de las hojas y la corteza de los bojes (Buxus spp.), que parasita y puede provocar la muerte del arbusto.

Las regiones más afectadas por su presencia hasta el momento son Navarra, Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana o Galicia, bajo riesgo de seguir expandiéndose. Y es que se encuentra presente ya en 24 países europeos desde que se detectase por primera vez en 2007 en el suroeste de Alemania. Un estudio de la Comunidad Foral de Navarra apunta que el daño más visible es el que realizan las larvas en las hojas, que al alimentarse causan defoliaciones severas que, entre otras consecuencias, limitan la capacidad fotosintética. Sin embargo, el daño más grave parece derivarse de su ataque a la corteza, que puede llevar al secado y a la muerte de la planta.

«Llevamos tres años con monitoreo y trampas con feromonas de atracción sexual», explica a El Debate Felipe Rosado, ingeniero técnico forestal del Gobierno de Aragón, que indica que esta especie invasora está presente en la comunidad desde 2019, pero que su evolución ha ido in crescendo. Por ejemplo, en la comarca del Matarraña se capturaron unos 4.500 ejemplares en los años 2021 y 2022, mientras que solo en 2023 el número ascendió a más de 12.000.

Eclosión de las mariposas

La consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Foral de Navarra ha sido la que ha alertado de un pico de mariposas de polilla de boj para las próximas semanas, concretamente entre finales de este mes de septiembre y principios de octubre. Es lo que se desprende de las observaciones y análisis de datos realizado por los técnicos del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente y de GAN-NIK, desde finales del año pasado y durante la primavera y verano de 2024.

Según informan desde la región, se ha observado un aumento importante de las poblaciones de la polilla del boj en la zona comprendida entre Aoiz, Longuida, Urraúl Bajo y Lumbier, causando importantes defoliaciones en la mayoría de los bojedales presentes a lo largo de los 20 kilómetros que distan entre estas poblaciones.

A las defoliaciones causadas por las orugas, explican, le sigue la eclosión de las mariposas que se espera para las próximas semanas. Las nubes de polillas serán más notorias en la zona afectada y colindantes, revoloteando por la noche y acercándose a las fuentes de luz artificiales, ya que es una especie muy buena voladora que puede desplazarse a mucha distancia.

Difícil erradicación

Rosado comenta este periódico que no existe un tratamiento efectivo y autorizado que se pueda emplear a nivel extensivo en terreno forestal contra este invasor. De hecho, debido a la elevada movilidad de los adultos y la amplia distribución de su planta huésped, es difícil la erradicación de la polilla del boj una vez que se ha establecido en un área.

Las trampas actuales, por ende, consisten en simular la atracción química de la hembra, por lo que acuden los machos, que son capturados. No obstante, este método se muestra insuficiente para controlar la población incipiente de polilla del boj. La elevada capacidad reproductiva de este insecto invasor, que puede realizar múltiples puestas durante su fase de mariposa –entre los meses de junio y octubre–, lo convierte en una peligrosa plaga forestal cuyos efectos están siendo especialmente devastadores.

Desde Navarra afirman, sin embargo, que la mayoría de los bojedales que sufrieron fuertes ataques en años anteriores han mostrado signos de recuperación importantes, recuperando parte del follaje inicial. Si bien, también se han observado algunos casos de bojedales muy dañados y sin capacidad de recuperación a la situación anterior al paso de la plaga.