Uno de los pesticidas más usados en la UE es «altamente perjudicial» para la biodiversidad
El producto no distingue entre plagas y el resto de seres vivos, motivo por el que muchas especies de insectos que no dañan cultivos se ven afectadas
El uso de pesticidas en la agricultura está a la orden del día para evitar plagas y asegurar los cultivos, pero a la vez no está exento de polémica porque, en algunas ocasiones, estos productos químicos pueden afectar al consumidor o, por el contrario, directamente al medio ambiente.
Uno de los más utilizados en la Unión Europea, la lambda-cihalotrina –de la familia de los piretroides–, está ahora señalado. Este producto que se utiliza ampliamente en cultivos de cereales, tubérculos y frutales en varios países para controlar plagas como pulgones, escarabajos y polillas.
Pues bien, un estudio reciente publicado en la revista Science of The Total Environment y liderado por la Universidad Jaguelónica de Polonia junto con el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y el Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona, sugiere que el pesticida podría amenazar hasta el 98 % de las especies de insectos beneficiosos en los campos tratados.
La lambda-cihalotrina es un insecticida de acción rápida que, al igual que otros piretroides, es tóxico para insectos y mamíferos. Se emplea en el control de plagas que afectan tanto a la agricultura como a la salud humana, incluyendo mosquitos y garrapatas. Sin embargo, el estudio revela que incluso en dosis recomendadas, este pesticida afecta de manera «muy negativa» a todos los insectos que encuentra a su paso, sin discriminar entre plagas y especies beneficiosas.
La comunidad científica ya había alertado sobre la preocupante disminución de insectos a nivel mundial, estimada en un 2,5 % anual, lo que se traduce en la pérdida de alrededor de 25.000 especies cada año. Aunque factores como el cambio climático y la destrucción de hábitats juegan un papel en esta disminución, el uso de pesticidas sintéticos se considera una de las principales causas. Estos productos no solo eliminan insectos perjudiciales para los cultivos, sino también aquellos que desempeñan funciones esenciales como la polinización, el control natural de plagas y el ciclo de nutrientes.
Berta Caballero, conservadora de artrópodos del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y coautora del estudio, explicó que la lambda-cihalotrina «no distingue entre plagas e insectos beneficiosos». Es decir, al eliminar plagas como los pulgones, el pesticida también acaba con sus depredadores naturales, como mariquitas y arañas, afectando gravemente el equilibrio de los ecosistemas.
Para la investigación, los científicos analizaron más de 50 especies de insectos recolectados en cultivos de colza, trigo y olivos en diversos climas de cinco países: Portugal, Reino Unido, Alemania, Polonia y España. Los insectos capturados fueron expuestos a diferentes concentraciones del pesticida y monitoreados durante 72 horas. Los resultados mostraron que tan solo con un 5 % de la dosis recomendada se afectaba a la mitad de las especies de insectos beneficiosos. Al aplicar la dosis completa, esta cifra se elevaba al 98 %, según José Manuel Blanco, investigador en agroecología de la Universidad de Barcelona.
El estudio también señala la limitación de los procedimientos actuales para la aprobación de pesticidas, los cuales suelen probarse solo en la abeja de la miel, una especie que no representa la diversidad biológica del ecosistema. Blanco sostiene que «es urgente rediseñar los procedimientos de evaluación del riesgo» e implementar pruebas multiespecie que permitan proteger la biodiversidad de manera efectiva.