Europa se pone en alerta tras detectar restos del virus de la polio en las aguas residuales de cinco países
Tal como ha informado Science, el primer foco fue localizado en Barcelona a mediados de septiembre
La poliomielitis o polio es una enfermedad aún no erradicada que puede afectar a la medula espinal, causando debilidad muscular y parálisis entre otros efectos. Este virus entra en el organismo a través de la boca, generalmente cuando las manos se han contaminado con las heces de una persona infectada. En este contexto, varias ciudades europeas han reportado nuevos restos de esta enfermedad en sus aguas residuales, motivo por el que se han encendido todas las alarmas en la Unión Europea.
El pasado 9 de diciembre de 2024, las autoridades de salud pública de Finlandia informaron la detección de muestras de este virus en sus aguas. Tan solo un día después el Gobierno de Reino Unido informó de nuevas muestras positivas en sus aguas. De igual manera, varios programas de vigilancia en Alemania y Polonia detectaron nuevos rastros de la polio, sumándose a los mencionados anteriormente. Por suerte, tal como han detallado las distintas autoridades, no se han notificado casos en humanos. Y es que aunque cada uno de los países europeos utilizan vacunas antipoliomielíticas, esta proliferación en varios países ha encendido todas las alarmas ante el temor de que el virus se instale en el continente.
Ahora la mirada se dirige al este europeo, ya que países como Rumanía, Bosnia o Ucrania llevan arrastrando durante varios años un riesgo alto de un brote de polio como consecuencia de la baja inmunidad de la población.
Rastro localizado en España
Tal como ha detallado Science en uno de sus estudios, el inicio de esta cepa de polio habría tenido su punto de partida en nuestro país. En concreto, la prestigiosa revista señala a Barcelona como lugar de origen. A mediados de septiembre uno de los estudios habituales de aguas residuales reveló la presencia de poliovirus derivado de la vacuna tipo 2.
Ante la proliferación del virus, desde el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) han resaltado que la solución más evidente ante esta problemática sería aumentar la vacunación.
«Europa ha estado libre de poliomielitis desde 2002, y debe seguir así. La única forma de hacerlo es garantizando implacablemente programas de vacunación altos y efectivos, tanto para los niños cuando vencen y deben renovarse como a través de programas de recuperación para los viajeros o para las personas que ingresan a la UE desde áreas de alto riesgo, que pueden no estar completamente vacunadas», indicó en una nota de prensa Sabrina Bacci, funcionaria del ECDC.