El precio de los envases se podría incrementar hasta 10 céntimos con el nuevo plan de reciclaje
El Gobierno ya está trabajando para que esta nueva fórmula esté en funcionamiento antes de noviembre de 2026
El Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) daba a conocer hace apenas un mes un informe que recogía que apenas el 41,3 % de los envases de plástico se reciclaba correctamente. Una cifra que se sitúa muy por debajo del 70 % establecido por la Ley de Residuos y que obliga a cambiar el sistema de separación de residuos al que estamos acostumbrados.
Aunque el tradicional contenedor amarillo en el que se deben depositar estos envases seguirá activo, se complementará con el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), que ya existía hace décadas y que consiste en gravar el precio de estos productos para después recuperar esa cantidad extra si se depositan en las máquinas habilitadas, que seguramente estarán situadas en supermercados o gasolineras.
La ejecución de este cambio está aún en estudio pero, al igual que ha ocurrido en otros países de nuestro entorno como Dinamarca, Noruega, Países Bajos o Alemania, se baraja que el precio de los envases pueda aumentar en torno a 10 céntimos. Una cantidad que el comprador recuperaría al depositar las botellas y los bricks en las máquinas en cuestión.
El Debate se ha puesto en contacto con el Miteco para conocer en qué estado se encuentra la introducción del SDDR en España. El ministerio aclara que este nuevo sistema «convivirá con el resto de contenedores» y que el modelo y el funcionamiento que se implemente «dependerá de los productores del producto».
Por otro lado, confirman a este medio que ya existe un grupo de trabajo para fijar la hoja de ruta en reutilización de envases y que, en cualquier caso, el SDDR deberá entrar en vigor antes de noviembre de 2026.
Otro agente importante en esta nueva etapa es Ecoembes, organización que se dedica a la coordinación del reciclaje de manera monopolística. Desde la empresa recuerdan a El Debate que su intención es avanzar hacia un futuro sin residuos y, para hacerlo posible, «ayudaremos a las empresas cumplir todos los requerimientos derivados tanto del actual Real Decreto y del inminente Reglamento europeo de envases».
Asimismo, recalcan que la implantación futura de un SDDR «es un hecho», por lo que quieren estar «al lado de los productores en la evolución del modelo actual hacia un SDDR que cubra las necesidades de una sociedad como la española». Sobre su implantación, Ecoembes opina que debe contemplarse «en un marco amplio considerando los objetivos globales de recogida separada y reciclado para todos los envases y teniendo en cuenta la transición del contenedor amarillo a un sistema dual».
Más cubos en casa
Esta novedad conllevará la instalación de un cubo nuevo en nuestras casas. Y es que si queremos recuperar los 10 céntimos por envase, deberemos apartarlos para después llevarlos a las máquinas de los supermercados. Por el contrario, otros productos como bolsas de aperitivos, botes de suavizantes o latas de conserva, según indican desde Ecoembes, se deberán seguir reciclando como hasta ahora, es decir, en el contenedor amarillo.
De esta forma, deberemos separar, por un lado, las botellas de plástico, los bricks de leche o zumo y las latas de refresco para depositarlas en las máquinas y, por otro lado, el resto de envases para tirarlos al contenedor. Además, habrá que seguir acudiendo al iglú verde para dejar las botellas y tarros de vidrio que, de momento, no entrarán en el sistema de depósito, devolución y retorno.
Europa apuesta por el SDDR
Merijn Tinga, conocido como «el surfista de la sopa de plástico», explicó a El Debate la eficacia de esta medida en los Países Bajos, donde se implementó hace tiempo: «La introducción de la tasa de depósito redujo en un 80 % la cantidad de botellas y latas desechadas en un plazo de solo seis meses. Las calles, los parques y los canales se volvieron visiblemente más limpios», señaló.
Ante la pregunta de si la sociedad neerlandesa aceptó esta nueva forma de reciclaje, Tinga afirmó que sí, en parte porque ya estaban familiarizados con los sistemas de depósito para botellas de vidrio. «Ampliar el sistema a botellas y latas de plástico fue un paso natural», añadió.