
Una piscina natural
La importancia de los acuíferos en el medio ambiente: ¿por qué es importante cuidarlos?
Las aguas subterráneas en la Península están amenazadas, ya que hasta final de siglo el 40 % de los pozos sufrirá una caída superior a un metro
El agua dulce es un bien escaso en el planeta, ya que constituye apenas el 2,5 % y, de ese porcentaje, solo el 0,3 % es accesible para el consumo humano. Por ello, es importante utilizarla con conocimiento y saber de qué reservas se dispone. Aquí entran en juego las aguas subterráneas que, en ocasiones, se explotan por encima de lo debido.
Dentro de este grupo encontramos a los acuíferos. Según el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), se considera como tal a una o más capas subterráneas de roca o de otros estratos geológicos que tienen la suficiente porosidad y permeabilidad para permitir tanto un flujo significativo de aguas subterráneas como la extracción de cantidades significativas de estas.
Se forman cuando las aguas pluviales se filtran a través del suelo hasta alcanzar capas impermeables que bloquean su paso, acumulándose entre las rocas subterráneas. Este proceso permite que el agua recargue las formaciones porosas de los acuíferos.
Cuando el agua circula a través del acuífero, actúa como un conducto que transporta el agua subterránea hacia zonas de recarga, como lagos, pantanos, manantiales, pozos u otras estructuras de captación. Sin embargo, al encontrar rocas impermeables, el agua se acumula, formando depósitos de almacenamiento que pueden ser utilizados para su extracción, siempre que esta no supere la recarga natural, ya que, de lo contrario, podrían agotarse.Aunque en ocasiones estas masas de agua no se tengan en cuenta, tienen un papel vital para la vida en nuestro planeta y la sostenibilidad de nuestros recursos hídricos. Cuidarlos es fundamental para garantizar agua potable y preservar ecosistemas. Son una fuente vital de agua dulce para consumo humano, agricultura e industria, asegurando su disponibilidad para futuras generaciones. También sustentan la biodiversidad y los ecosistemas acuáticos, esenciales para el equilibrio ambiental. Además, regulan el clima al almacenar agua y nutrientes, contribuyendo a la reducción de gases de efecto invernadero. Una gestión responsable evita la intrusión salina, protegiendo el agua potable.
Amenaza de las reservas de agua subterránea
Un estudio publicado en la revista Science of the Total Environment concluye que las reservas de aguas subterráneas en la Península Ibérica están amenazadas, ya que hasta final de siglo el 40 % de los pozos sufrirá una caída del nivel de agua superior a un metro.
Los resultados revelan una marcada tendencia a la disminución, especialmente en los acuíferos más superficiales, donde el efecto de la evaporación, intensificado por el aumento de las temperaturas, tiene un mayor impacto que la reducción de precipitaciones.
En el peor de los escenarios, el estudio advierte que hasta un 40 % de los pozos analizados podría sufrir una caída de más de un metro en el nivel freático antes de final de siglo, con casos extremos en los que la reducción superaría los 18 metros.

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Cómo protegerlos
Para evitar la desaparición de estas masas de agua, la Unesco pide fomentar soluciones sostenibles. Entre ellas, implementar Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) para mejorar la seguridad hídrica, usar de manera sostenible las aguas subterráneas mediante políticas que equilibren las necesidades humanas y ambientales, y proteger su calidad. Estas acciones buscan mitigar el impacto ambiental y garantizar la disponibilidad de este recurso esencial para las generaciones futuras.
Es clave, asimismo, controlar la contaminación regulando fertilizantes, pesticidas y aguas residuales. Se deben establecer restricciones en la extracción de agua subterránea con monitoreo y permisos adecuados. La conservación de las áreas de recarga, como humedales y bosques, es fundamental para mantener la calidad del agua. Además, la educación y la participación ciudadana son esenciales para fomentar prácticas sostenibles y garantizar la protección de estos recursos.