Desmotivaciones, un viaje a la prehistoria de los memes en internet

Algo no es noticia hasta que no llegan los memes sobre ello. A veces con ironía, otras con mala uva y en ocasiones hasta con mal gusto, las redes sociales son el marco en el que brotan chistes, montajes y ocurrencias varias sobre cualquier tipo de suceso informativo: desde las elecciones generales a la esperada victoria número 33 de Fernando Alonso, pasando por falsas muertes o batacazos económicos.

La Real Academia introdujo en 2018 una definición para el meme: «Imagen, video o texto, por lo general distorsionado con fines caricaturescos, que se difunde principalmente a través de internet». Parte del mérito de que Santiago Muñoz Machado, Arturo Pérez-Reverte, y el resto de académicos atendieran a este fenómeno lo tienen varias páginas web que, relegadas ya a un segundo plano, fueron la meca del meme antes de que el pájaro de Twitter lo eclipsase todo.

Desmotivaciones... y risas

Un marco negro, una gran imagen cuadrada y apenas dos líneas para titular y subtitular la escena. Eso es todo en desmotivaciones.es, la web fundada en 2010 que proponía a los usuarios crear sus propios carteles al estilo de los eslóganes motivacionales que se podían ver en algunas empresas. El nombre del sitio ya animaba a los entonces «internautas» a dar una vuelta de tuerca al formato y vaya si lo hicieron.

Desmotivaciones se movía entre los chistes sobre situaciones cotidianas y las frases 'intensistas'. De aquella web surgieron los primeros 'virales' de internet, antes incluso de que se acuñase ese término. Los veteranos del meme recordarán siempre a dos chiquillos que decidieron subir una foto suya para dejarle claro al mundo que «eran los mejores».

Dibujos que crearon un idioma

Tras pasar por desmotivaciones.es, el buen procrastinador de aquellos tiempos acudía a cuantocabron.com. De las imágenes con subtítulo pasaba a las pequeñas tiras cómicas que se creaban con una serie personajes predefinidos y que solían parodiar situaciones del día a día. Los chistes de políticos, Julio Iglesias y compañía llegarían más tarde.

Muchos padres se sorprendían entonces de escuchar a sus hijos utilizar expresiones como «troll», «lol» o «forever alone». Las dos primeras forman parte ya del lenguaje de las redes sociales e incluso han traspasado la pantalla y no es raro escuchar hablar de «troles» y «troleos». El origen está en algunos de esos monigotes.

En cuantocabron.com se trasladaron a situaciones españolas unos personajes que ya hacían fama y fortuna en Estados Unidos. A día de hoy, la web sigue funcionado como repositorio de los memes del momento, quedando relegados ya aquellos personajillos.

Después llegaron las redes sociales y entrar en las distintas páginas web empezó a dejar de ser necesario. Tuenti, Facebook, Twitter, Instagram y ahora TikTok empezaron a copar todo el contenido y a acaparar el tiempo, en ocasiones excesivo, que pasamos delante del móvil.