Un siglo de la semana que Einstein pasó en Cataluña: así fue su estancia

Tal día como ayer, miércoles, pero de hace justo 100 años, el científico más importante del siglo XX llegó en tren a la Estación de Francia de Barcelona procedente de la ciudad gala de Tolón. Convertido en una estrella mundial e inmerso en una gira por Europa y Asia, Albert Einstein pasó una semana, del 22 de febrero al 1 de marzo de 1923, en Cataluña, en una visita para la que la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI, por sus siglas en catalán) ha preparado un recorrido web que permite conocer el itinerario que realizó y los lugares en los que estuvo cada día.

Einstein llegó a Barcelona junto a su esposa Elsa, y aunque su visita se esperaba desde hacía un año –la invitación fue cursada en 1921 por el científico catalán Esteve Terradas–, nadie fue a recibirlo a la estación al no haber podido comunicar a tiempo su hora de llegada. Desde Singapur, tras pasar por Japón y antes de una breve estancia en Palestina, el físico alemán envió un telegrama anunciando su visita a la capital catalana, pero sin poder especificar el momento exacto.

Pese a su apretada agenda, repleta de actividades turísticas y académicas, el Nobel de Física tuvo tiempo para casi todo. Acompañado y agasajado por autoridades políticas y representantes científicos de la época, comenzó su periplo con un recorrido arquitectónico por la comarca barcelonesa del Vallés, donde visitó el conjunto monumental eclesiástico de San Pedro de Tarrasa y el monasterio de San Cugat, dos excursiones que complementó con otra similar al monasterio de Poblet, en Tarragona.

Las conferencias y visitas a centros académicos ocuparon, sin embargo, la mayor parte de su tiempo. Einstein impartió en total cuatro charlas (tres en el Instituto de Estudios Catalanes y otra más en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona) todas ellas sobre distintos aspectos e implicaciones de la relatividad. Además de la Universidad de Barcelona, el físico acudió también al Grupo Escolar Baixeras –referente de renovación pedagógica de la época–, la Escuela del Mar –una institución educativa para niños con dificultades físicas– y la Escuela Industrial de Barcelona –uno de los proyectos más destacados de la Mancomunidad de Cataluña y donde fue obsequiado con dos discos de música popular catalana–.

Einstein, que se hospedó en el hotel Colón, recorrió también el puerto de Barcelona a bordo de una canoa a petición propia, cenó en casa del político e ingeniero Rafael Campalans –con un menú escrito en «latín relativista» y platos con nombres relacionados con la relatividad– y tomó un café con leche en el Refectorium, uno de los restaurantes más célebres de la capital catalana del primer cuarto del siglo XX. Entre las breves anotaciones del físico sobre su visita a Cataluña, esta última ocupa un lugar destacado, según recuerda el portal habilitado por la FCRI, donde se revive con gran minuciosidad cada uno de sus días en la comunidad. No sería la única parada en nuestro país: antes de abandonarlo, el 15 de marzo, el científico también pasó por Madrid y Zaragoza para impartir charlas similares.

La efeméride contará con diversos actos y actividades programadas a lo largo de este año, incluyendo distinciones y placas conmemorativas a las localidades que acogieron al físico. Este jueves, la Biennal Ciutat i Ciència celebrará además dos actividades: un taller que expondrá alguna de las contribuciones de Einstein y un acto institucional en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, donde decenas de personas abarrotaron su salón principal hace ahora un siglo para escuchar al Nobel.