Un niño prodigio de 14 años trabajará como ingeniero para la compañía espacial de Elon Musk

Kairan Quazi, un adolescente estadounidense de solo 14 años, comenzará a trabajar en SpaceX, la compañía aeroespacial de Elon Musk, cuando se gradúe de los estudios universitarios que cursa en estos momentos en los próximos días.

El joven, que está a punto de terminar una Licenciatura en Ciencias, Informática e Ingeniería en la Universidad de Santa Clara en California, se convertirá con su hazaña en el licenciado más joven de la institución y en uno de los 10 universitarios más precoces de la historia. Y es que Kairan, como puede deducirse, no es precisamente un chaval promedio.

Ya con dos años, según contó su madre, era capaz de hablar con frases completas, mostraba una inteligencia «fuera de serie» y charlaba con desenvoltura con sus cuidadores y compañeros de guardería sobre las noticias que escuchaba en la radio. A la vista de su enorme potencial, con un cociente intelectual «superior al 99,9 % de la población», el pediatra recomendó a sus padres que lo más razonable para su nivel era que se saltara directamente varias etapas educativas.

De esta forma, con apenas diez años consiguió matricularse en la universidad, primero en la pública Las Positas, en la zona de San Francisco; y más tarde en Santa Clara, donde fue aceptado como uno más y muy solicitado como tutor de clases particulares. En ese tiempo, además, tuvo ocasión hacer prácticas relacionadas con el desarrollo de inteligencia artificial –uno de sus principales intereses– en la tecnológica Intel.

Tras enviar casi un centenar de currículums y ser rechazado en la mayoría de empresas por su edad, Kairan ha sido finalmente aceptado en SpaceX, con la que ha firmado ya un contrato para trabajar en Starlink, su división de satélites, a partir de julio. Aunque tendrá que trasladarse junto a su madre al estado de Washington, el adolescente afirma estar «muy emocionado por este nuevo capítulo» de su vida.

«Creo que hay una idea generalizada de que me estoy perdiendo la infancia, pero no creo que eso sea cierto. Creo que esa mentalidad haría que me estuviera graduando de la escuela secundaria justo ahora y no creo que tenga sentido para alguien que es capaz de realizar rigurosos trabajos optativos de posgrado en una empresa prestigiosa. No creo que tenga sentido que me estanque o que alguien cuyas habilidades estén más allá de eso quede rezagado», valoró en una reciente entrevista a Los Angeles Times.