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Mono narigudo hembra

Mono narigudo hembraWikimedia Commons

Los científicos ponen en entredicho la «paradoja del mono sabio»

Un solo mono tecleando durante toda su vida tendría apenas un 5 % de posibilidades de escribir siquiera la palabra «banana» entre sus combinaciones de letras

Los cálculos realizados por dos matemáticos han cuestionado la «paradoja del mono sabio», la cual sugiere que un simio, al presionar teclas al azar en una máquina de escribir, podría eventualmente escribir todas las obras de Shakespeare si se le diera suficiente tiempo.

Esta hipótesis, formulada hace más de un siglo, plantea que, con tiempo infinito, cualquier suceso improbable, pero posible, como reproducir las obras completas del dramaturgo inglés, podría volverse probable. Sin embargo, matemáticos australianos han determinado que incluso si todos los chimpancés del mundo lo intentaran, sería prácticamente imposible que lograran escribir las obras de Shakespeare, aun si dispusieran de toda la duración del universo.

En un estudio publicado recientemente en la revista Franklin Open, los investigadores calcularon qué podría generar un mono al teclear una vez por segundo en un teclado de 30 caracteres durante 30 años. También utilizaron un periodo teórico equivalente a un «gúgol» de años, que es un 1 seguido de 100 ceros, para estimar un escenario extremo de duración universal.

El experimento ignoró variables como las necesidades de supervivencia de los simios o la extinción del sol dentro de miles de millones de años, concentrándose solo en las probabilidades. Según sus cálculos, un solo mono tecleando durante toda su vida tendría apenas un 5 % de posibilidades de escribir siquiera la palabra «banana» entre sus combinaciones de letras. Curiosamente, esta palabra ni siquiera aparece entre las 884,647 que constituyen las obras completas de Shakespeare.

Para explorar más a fondo, los matemáticos consideraron una fuerza mayor «reclutando» a los chimpancés, los primates más cercanos al ser humano. La población mundial de chimpancés se estima en unos 200.000 individuos, y el estudio partió de la suposición de que esta población se mantendría constante hasta el fin de los tiempos. A pesar de este gran número de colaboradores, los investigadores concluyeron que, aun con todos los chimpancés trabajando, la probabilidad de éxito seguiría siendo ínfima, «ni siquiera una en un millón», según explicó Stephen Woodcock, uno de los autores y académico de la Universidad de Tecnología de Sídney, en una entrevista para New Scientist.

Woodcock enfatizó que incluso si cada átomo del universo fuera otro universo y se replicara el experimento en cada uno de ellos, no se alcanzaría el objetivo de reproducir las obras shakesperianas. Aumentar la cantidad de chimpancés o la velocidad con la que presionan las teclas no alteraría las probabilidades, aclara el estudio.

Con una perspectiva irónica, los autores del estudio concluyen que el propio Shakespeare (1564-1616) probablemente habría respondido a la idea de si «el esfuerzo de un mono podría realmente reemplazar el trabajo humano como fuente de conocimiento y creatividad» con una línea de su obra Hamlet (Acto 3, Escena 3, Línea 87): «No».

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