Ciencia
Descubren un nuevo molusco con huésped que habita en los abismos del Atlántico Norte
El molusco recién descubierto vive en el abismo, por debajo de los 3.300 metros, con una anémona sobre su caparazón, una disposición que no se había visto antes en esta región
Científicos del British Antarctic Survey y la Senckenberg Society for Nature Research han descubierto una nueva especie de molusco marino excavador en las aguas profundas del Atlántico Norte.
El molusco recién descubierto vive en el abismo, por debajo de los 3.300 metros, con una anémona sobre su caparazón, una disposición que no se había visto antes en esta región.
El equipo recolectó varios especímenes del nuevo molusco con caparazón de colmillo con anémonas del fondo marino y observó muchos más utilizando imágenes del fondo marino. La anémona cambia el estilo de vida excavador del molusco, que no puede excavar tan profundo como podría sin su pasajero.
La autora principal, Katrin Linse, bióloga sénior de biodiversidad en BAS (British Antarctic Survey), dice en un comunicado: «Fue emocionante descubrir una nueva especie, pero darme cuenta de que su disposición de vida no se había visto antes en la región en aguas tan profundas fue realmente fascinante. Esto nos recuerda que sabemos muy poco sobre la vida en las profundidades, en particular sobre su adaptación y cómo las especies se unen para beneficiarse de la presencia de las demás».
La vida en las profundidades es dura. La luz del sol no llega a esta profundidad y muy pocos humanos han estado tan profundos en sumergibles especiales. Para investigar la vida en el fondo del océano abisal, Katrin Linse y sus colegas a bordo del RV Sonne utilizaron una pequeña red, conocida como red de arrastre Agassiz, que puede desplegarse a miles de metros de profundidad, para recolectar muestras del fondo del mar de Labrador, entre el noreste de Canadá y el oeste de Groenlandia.
Recogieron varios especímenes del nuevo molusco, que con 1,1 cm de diámetro y 5,5 cm de largo es más grande que sus parientes más cercanos. Es ligeramente curvado, con 60 costillas, y es miembro del género Fissidentalium, que tiene más de 60 especies conocidas. Lo llamaron Fissidentalium aurae, por la palabra latina que significa brisa, en referencia a las condiciones ventosas durante la expedición.
Jenny Neuhaus, coautora y estudiante de doctorado en Senckenberg, tomó muestras de ADN de la anémona y comparó su código de barras genético con códigos de barras conocidos en bases de datos genéticas, sin encontrar ninguna coincidencia. La posición de la anémona en el árbol de la vida y su nombre científico es un enigma que aún no se ha resuelto.
La asociación entre una concha de colmillo excavador y una anémona se había observado anteriormente en las profundidades del océano Pacífico, pero nunca en el Atlántico. La investigación subraya el beneficio de las imágenes de aguas profundas para respaldar las descripciones de las especies con información sobre su hábitat y ecología.