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Imagen del satélite Copernicus

Imagen del satélite CopernicusESA

Un proyecto europeo impulsa la accesibilidad a datos de satélites como Copernicus

La Universidad de Cantabria explica que son datos fundamentales para idear nuevas políticas ambientales, la gestión de recursos o la investigación en medio ambiente y salud

El Instituto de Física de Cantabria (IFCA) lidera el proyecto europeo GOYAS (Geospatial Open-science Yielding ApplicationS: innovative and FAIR remote-sensing data), que busca facilitar la accesibilidad y la reutilización de datos de satélites como Copernicus garantizando su fiabilidad.

Para ello, el Grupo de Computación Avanzada y e-Ciencia de este centro de investigación vinculado al CSIC y dependiente de la Universidad de Cantabria (UC), en colaboración con el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), pretende crear un sistema robusto de gestión de datos para productos de teledetección, facilitando su integración en la Nube Europea de Ciencia Abierta (European Open Science Cloud, EOSC).

Incluido en el proyecto OSCARS, la intención de GOYAS es aprovechar el crecimiento exponencial en los últimos años de las imágenes generadas por satélites como los Sentinel de Copernicus, -el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea-, o los datos extraídos de drones, que han demostrado su utilidad para el monitoreo global de los sistemas terrestres, especialmente en un escenario de cambio climático.

En un comunicado, la UC explica que son datos fundamentales para idear nuevas políticas ambientales, la gestión de recursos o la investigación en medio ambiente y salud, pero que el acceso a esos grandes conjuntos de datos no garantiza su fiabilidad.

GOYAS actuaría en ese escenario asegurando que cumplan con los llamados principios FAIR (Findable, Accessible, Interoperable, Reusable), para ofrecer unos datos fiables, accesibles, reutilizables y que se puedan encontrar fácilmente.

«La teledetección es importante porque es la forma que tenemos de ver la Tierra en su conjunto desde el espacio, podemos obtener información y combinarla para estudiar el medio ambiente, o actuar ante emergencias como la dana de Valencia», apunta Fernando Aguilar, investigador del Grupo de Computación Avanzada y e-Ciencia del IFCA (CSIC-UC) y coordinador del GOYAS.

Según Aguilar, iniciativas de monitoreo globales como Copernicus, aunque son eficaces en la distribución de datos a gran escala, «suelen dejar fuera métodos alternativos, productos experimentales o técnicas de preprocesamiento novedosas», lo que limita mucho su potencial en áreas como la investigación climática, el monitoreo ambiental o la gestión de recursos.

Por eso, detalla, «GOYAS propone un sistema de gestión de datos que abarca todo el ciclo de vida de los productos experimentales de teledetección y garantiza el cumplimiento de los principios FAIR». «Preprocesamos datos originales para generar productos nuevos, publicamos los datos siguiendo los estándares FAIR, y todo ello está conectado con recursos de la EOSC para facilitar su análisis, interoperabilidad y reutilización», añade Aguilar.

Entre otros paquetes de datos, GOYAS trabaja con indicadores de salinidad y temperatura del océano, para ver cómo evoluciona a lo largo del año; datos de inundaciones, útiles para estudiar y entender mejor cómo funcionan las dinámicas dentro del Parque de Doñana; o datos que ayudan a calcular en tiempo casi real las batimetrías, es decir, la profundidad de las costas en España, o medir la calidad de las aguas, y saber si son aptas para el baño o su consumo.

Lo que ocurre actualmente, agrega Aguilar, es que muchos de estos productos, como los mapas de inundación o los datos de calidad del agua, son invisibles o inaccesibles, debido a la falta de estándares y plataformas compartidas.

Por ello, considera que GOYAS tendrá un impacto significativo en la accesibilidad y reutilización de estos datos de satélites, para que puedan ser aprovechados en el ámbito académico o industrial y, por ende, gubernamental.

La publicación de estos datos beneficiará a áreas como la oceanografía, la hidrología, la biología marina, o la investigación de ecosistemas y la biodiversidad. Además, apoyará a infraestructuras de investigación europeas en ciencias ambientales, como las del ENVRI Science Cluster, o proyectos de monitoreo ambiental como LTER.

«La tendencia futura es la investigación abierta y colaborativa, debemos fomentar el uso de estos recursos para afrontar los desafíos ambientales futuros», concluye el investigador.

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