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La ciencia desvela cuál debería ser el tiempo perfecto de un abrazo
Cuando recibimos un abrazo, nuestra piel envía señales a la parte del cerebro encargada de procesar las emociones y desencadena una cascada de señales neurológicas
la pandemia del coronavirus tuvo muchas consecuencias. Entre ellas, la limitación de aquellos gestos cariñosos que tanto nos caracterizan. Puede parecer un simple gesto pero la realidad es que un abrazo tiene una gran cantidad de propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Después de todo, no hay mejorar manera de expresar cariño que a través de un abrazo.
Justamente este 21 de enero, Día Mundial del Abrazo, vale la pena señalar algunas de sus propiedades. Los abrazos nos pueden reconfortar, hacernos sentir seguros, pero también pueden traer muchos beneficios mentales y físicos.
Cuando recibimos un abrazo, nuestra piel envía señales a la parte del cerebro encargada de procesar las emociones y desencadena una cascada de señales neurológicas, liberando hormonas que nos ayudan a reducir el estrés y a tener sentimientos de bienestar.
¿Cuánto debe durar el abrazo perfecto?
Una de las grandes dudas es el tiempo idóneo para abrazar a una persona, ya que un abrazo corto puede sentirse insuficiente mientras que uno demasiado largo podría generar una situación de agobio o incomodidad. En este contexto, un grupo de investigadores llevó a cabo un experimento con el que descubrir cuánto debe durar un abrazo perfecto. El equipo analizó la dinámica de 47 voluntarios para responder esta pregunta.
El resultado del estudio no dejó lugar a la duda. Aquellos abrazos cuya duración era de un segundo se consideraban los menos populares, mientras que el rango de 5 a 10 segundos fue el más elegido por los participantes.
«Nuestros resultados sugieren que los abrazos más largos son más agradables que los abrazos muy cortos y los abrazos cruzados son más comunes que los abrazos en el cuello a la cintura», afirman los autores.
De hecho, distintos expertos y psiquiatras van más allá y establecen en 8 segundos el tiempo que debería durar el abrazo perfecto. En palabras de la psiquiatra española Marian Rojas Estapé, lo que funciona es justamente este número de segundos, suficientes para estimular la oxitocina y bajar el cortisol.
«Hay que abrazar ocho veces al día. Nuestro cuerpo, nuestra mente, necesitan esos abrazos. Cada vez que recibimos los abrazos se libera esa oxitocina que nos generan bienestar. Nos saca de los momentos malos», revelaba la experta, quien destacó que aquellas personas acostumbradas al contacto físico tiene una presión arterial más baja.
