Televisión
Verónica Forqué desquicia ‘MasterChef’
La actriz abandona la actitud zen y lleva al límite a sus compañeros. Arkano e Iván Sánchez se apean del concurso en la novena gala
Verónica Forqué y una enfermedad silenciosa
Encuentran muerta a Verónica Forqué
«Este programa es sorprendente. La muestra es que Verónica está en el programa nueve», empezó bromeando Miki Nadal, jactándose del presunto bajo nivel de la actriz en la cocina.
Así arrancó una gala que fue una montaña rusa guiada por la actriz de Kika. Ganó la primera prueba, en la que fue expulsado Arkano, y después desquició a sus compañeros en el reto de exteriores. La prueba de eliminación supuso el adiós de Iván Sánchez, que considera que el «caballito ganador» de la edición es… la Forqué. Así de desquiciada es esta edición: Nadal se ríe de la aspirante que otro concursante considera la máxima favorita.
El delantal de la inmunidad
La noche ya empezó fuerte. En la primera prueba, los aspirantes jugaron a La oca de MasterChef. De tirar el dado gigante se encargó uno de los finalistas de MasterChef Celebrity 4, Boris Izaguirre, al que Arkano se le declaró con rimas en mucho menos tiempo del que tardaron los chefs en explicar las muchas y variadas normas del juego.
Se lo pasaron en grande los concursantes, hasta el punto de que por unos momentos se olvidaron de que una espada de Damocles pendía sobre ellos: el peor de la prueba recibiría un mandilón negro y, por tanto, sería expulsado. Así, para abrir boca. Para el ganador se reservaba el delantal dorado, que concedía inmunidad durante toda la gala, pero no para futuros programas.
Miki Nadal fue el más beneficiado por la oca y los dados, pues tuvo todo el supermercado a su disposición, mientras el resto contaron con ingredientes limitados. La segunda más favorecida fue Carmina Barrios, que obtuvo el comodín de Jordi Cruz, consistente en que le pudo pedir consejo al chef en el momento que lo estimó oportuno.
Los platos eran de elaboración libre pero con ciertos condicionantes –tanto en cuanto a ingredientes como en cuanto a tiempo–, que se decidieron en el peculiar Juego de la oca. Fueron catados por el jurado y por cinco aspirantes de MasterChef 9 (José, Meri, Toni, Jiaping y José María).
Juanma Castaño hizo unas pechugas de pichón, con sala de setas y aire de manzana, que le quedaron estupendas. Arkano cocinó también pechugas de pichón, aplicando técnicas de vanguardia, pero la apuesta resultó fallida. Las patatas guisadas con pollo y setas de Verónica Forqué quedaron estupendas. Soso, sin salsa y sin sal, quedó el amago de fish and chips de Bustamante. El ravioli de Miki Nadal dejó mucho que desear. Belén López, con una propuesta basada en la alcachofa, dejó «vacíos» a los catadores, sobre todo porque le quedó cruda. El arroz de Carmina Barrios quedó al punto pero el pichón le quedó algo pasado. Iván Sánchez elaboró una tarta de zanahoria y naranja cremosa y sabrosa.
La vencedora del reto fue Verónica Forqué, que se vistió el mandilón dorado como quien recibe un Goya.
Tras la alegría, la cuchillada. La propinaron los chefs, que decidieron ya en solitario. Empezaron diciendo que Verónica Forqué, Juanma Castaño e Iván Sánchez fueron los que mejor habían trabajado. Los siguientes en librarse fueron Bustamante y Carmina Barrios. Así que el asunto quedó entre Arkano, Belén López y Miki Nadal.
El damnificado fue el rapero, que se lo tomó muy bien. «Me voy contento. He mostrado todo y más. Ha sido una experiencia mágica», dijo en su despedida, tras señalar como su favorita al triunfo a la ganadora de la prueba, Verónica Forqué.
Caos en el Puerto
El jurado y los aspirantes pusieron rumbo al Puerto de Santa María (Cádiz), sede de uno de los campamentos MasterChef para chavales y de la prueba de exteriores.
Las siete celebrities se enfrentaron a un equipo formado por siete niños, participantes de varias ediciones de la versión junior del programa: Aurora (capitana), Lu, Josetxo, Nico, Henar, Javier y Antony.
Ambos conjuntos tuvieron que elaborar el mismo menú, compuesto por seis tapas: sopa de aceituna manzanilla con sardina y su espina; bizcocho de aceituna hojiblanca negra y zanahorias aliñadas; risotto de ortiguillas y plancton con aire de aceituna gordal; brioche de carne al toro con emulsión de aceituna cacereña y pepino encurtido; cucurucho praliné y helado de nueces; y torta de aceite, chocolate blanco, naranja y azahar.
Desde el mismo momento en que se anunció que Verónica Forqué sería la capitana de las celebrities se supo que el espectáculo estaba garantizado.
Una de las mejores películas protagonizadas por la Forqué es ¿Qué hecho yo para merecer esto?. Eso mismo se preguntaron todos y cada uno de sus compañeros. Especialmente hostil se mostró con Belén López: «Limpia, que no haces nada», le espetó ya de entrada. Tras califacarlas como «cuatro raspas de mierda», la capitana tiró lo que Belén había trabajado con paciencia: ni eran cuatro ni estaban tan mal. También se fue a la basura, por grasiento, el pan que Carmina estaba elaborando con mimo. Las dos víctimas se quedaron al borde de las lágrimas y respondieron con gritos, contestados por la Forqué subiendo aún más el volumen. Tanto subieron los decibelios que por allí compareció Samantha para denunciar el caos. La chef también se llevó un grito de la capitana: «¡No hay caos!». «Es una prueba psicológica extrema para el ser humano», resumió Juanma Castaño, con criterio periodístico, lo allí ocurrido.
Hubo dos amagos de motín para destituir a la desatada actriz, pero fueron más cara a la galería televisiva que reales, si bien en uno de ellos acabó confinada en una barca, bien lejos de los fogones. Pero desprenderse de la Forqué no es fácil: «El puesto no me lo quita nadie», contestó a Pepe Rodríguez cuando el chef se ofreció para relevarla y poner orden y concierto en un cocinado que apuntaba al desastre. Mientras, en el otro lado, el de los chavales iba como la seda. Fueron los ganadores indiscutibles. Cerca de 150 alumnos del campamento saborearon sus magníficos platos.
«Es la mayor locura que he vivido en mi vida», sentenció Juanma Castaño a cocinado pasado. «Aquí el premio es salir, no ganar», se extendió. «Me va a costar una enfermedad. Esto es una pesadilla», anunció Carmina Barrios. «Ha sido un sabotaje continuo a las elaboraciones», juzgó Miki Nadal a la Forqué. «Ya sé cómo es el infierno», analizó David Bustamante. «En casi 30 años de profesión nunca he visto una capitana como tú», sentenció Pepe Rodríguez.
Prueba de eliminación
Los siete aspirantes cayeron a la prueba de eliminación, pero solo seis podían ser expulsados, pues justamente Verónica Forqué vestía el delantal de la inmunidad que se había ganado al principio de la noche.
Se les concedió una segunda oportunidad, en el sentido de que se recordó cuál había su peor plato y se les pidió que lo cocinasen de nuevo a la luz de la experiencia actual.
El guiso de pavo de Carmina Barrios fue uno de los platos buenos de la edición, según Jordi Cruz. El bonito con melocotón de Iván Sánchez estaba casi tan malo como el original. Miki Nadal se limitó a aprobar con su propuesta. La caballa con crema de berenjena de Belén López resultó «un canapé riquísimo», juzgó Pepe Rodríguez. David Bustamante estropeó la tartaletta de bizcocho con crema de mantequilla al pasarse de azúcar. Juanma Castaño bordó el bavarois de café.