‘Pasapalabra’
Orestes revela su truco para la prueba de equipo más difícil de 'Pasapalabra'
El método del concursante burgalés es muy distinto al de Pablo
Como saben los millones de personas que siguen el concurso más visto de la tele, la prueba de equipo más difícil de Pasapalabra es «¿Dónde están?». El burgalés Orestes, que acumula más de 200 tardes en el programa (contando todas sus estancias), solventó hoy jueves ese obstáculo en un abrir y cerrar de ojos. El presentador, Roberto Leal, se quedó tan pasmado que no se resistió a preguntarle por su método. Y el aspirante burgalés, que es como un libro abierto, se lo contó.
Por si algún no iniciado en Pasapalabra ha llegado hasta aquí, explicamos brevemente en qué consiste el «¿Dónde están?». Aparece un panel con nueve palabras, de una determinada temática. Se ven durante tres segundos y picos. Después, en su lugar, aparecen números, del 1 al 9, divididos en tres columnas. Leal va diciendo palabras y el concursante tiene que acertar en qué número están colocadas.
Esta noche, la prueba iba de objetos que se pueden encontrar en los «lapiceros». En el equipo de Orestes abrió el fuego Cósima, hija de Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez. Disponían de 75 segundos para resolver el panel. La invitada despejó el número 8, falló en el siguiente y el turno pasó al burgalés, que liquidó el asunto a la primera y a la velocidad del rayo.
Asombrado, Leal se interesó por su mecánica, que es algo que ha preguntado a otros participantes, como Pablo Díaz o al propio Jaime, rival de Orestes desde hace meses. «Soy incapaz de hacer la estrategia de Pablo, que es lo de mirar la primera sílaba de cada palabra. Yo soy incapaz de recortar la sílaba de la palabra», detalló el burgalés. Entonces, cómo hace, cuál es su truco nemotécnico: «Leo de la 1 a la 6, me las repito continuamente…». Las de abajo no las lee: «Tengo un tercio de posibilidades de sacarla. Entonces, si no la saco a la primera, es al segundo turno; y, si no, al tercero», desveló.
Hoy despejó el 8, el 1 y el 7 para empezar. Es decir, tuvo suerte: no se había leído la fila de abajo y pese a ello acertó dos de las tres palabras ahí colocadas (la 8 y la 7). Hecho esto, el resto fue un paseo militar. En quince segundos liquidó el panel entero. Ahora ya sabemos cómo.