‘El Hormiguero’
Motos sufre en la entrevista más delirante de 'El Hormiguero'
El empresario Joaquín González, que no es actor pero sí uno de los protagonistas de la película Canallas, desconcierta al presentador en presencia de Daniel Guzmán y Luis Tosar. «Se va a convertir en un fenómeno social», pronostica el director
No se recuerda una entrevista tan delirante en El Hormiguero. Le tocó lidiar con ella a Pablo Motos, quien, una vez recuperado de la covid, tomó el relevo de su sustituta, Nuria Roca.
El entrevistado responde al nombre de Joaquín González. Llegó acompañado de los célebres Luis Tosar y Dani Guzmán. Ellos tres son los protagonistas de Canallas, que se estrenará el próximo 1 de abril y que dirige el tercero.
Así presentó Guzmán al que es su amigo desde que tenían 13 años: «Joaquín es un profesional de la vida. Es un personaje único. Se va a convertir en un fenómeno social. Creo que hemos creado un monstruo. O, como decía Luis [Tosar], creo que hemos creado un juguete roto», contó.
Y así se presentó el desconocido del trío, un madrileño residente en Orcasitas que se estrena en el cine: «Soy una persona que intenta buscarse la vida en estos tiempos que hay. Intentar vender suelo, un hotel, diamantes… Lo que pueda para sobrevivir». El programa se fue a publicidad, y quedó la audiencia desconcertada. Al regreso de los anuncios, el tal González contó que los grandes negocios, los millonarios, nunca le salen, pero sí «operaciones de 15.000 ó 20.000 euros, para vivir». Seguidamente, se contradijo pues añadió que puede vender «desde un hotel a un cuadro –un Goya, un Velázquez, un Picasso–, suelo…», lo que ciertamente no parecen operaciones de comisión tan reducida. Quizá porque se dio cuenta de su contradicción añadió que también negocia con «azúcar y leche en polvo». Pero enseguida aseguró que ahora tiene pendiente de vender «un barco lleno de petróleo en Róterdam» y «seis millones de metros en primera línea de playa» en Punta Cana. Si le salen bien las operaciones, podrá arreglar con Hacienda, a la que le debe 200.00 euros, según confesó a preguntas de Trancas y Barrancas.
Motos supo entrar al juego y le preguntó si le recomendaba invertir en bitcoin. «Cuando baje a 25.000», aconsejó, erigido en gurú, González, que pronostica que «después subirá a 125.000 euros».
La película –como el propio testimonio de González– mezcla realidad y ficción. ¿Qué parte hay de cada una? «Las prescritas son reales y las otras son ficción», explicó entre risas Guzmán, que ha decidido llevar al cine la vida de su amigo el ¿presunto? empresario. «Somos amigos porque no nos tomamos en serio», explicó el director señalando al desconcertante González, que logró eclipsar hasta al multi premiado Tosar durante la visita conjunta a El Hormiguero. Para el actor gallego, rodar con este curioso personaje fue «una experiencia límite, probablemente será lo que mejor recuerde, y más recuerde, durante el resto de mis días». Remarcó que en sus cincuenta años de vida no se había reído tanto como en los dos meses que duró el rodaje.
Es la primera película de Joaquín González. Y él mismo cree que será la última. Aunque si le llama Hollywood se lo pensará, salvo que sea Spielberg, «que solo hace películas de animales». Tiene algo ganado: domina el idioma, pues aprendió inglés en Mallorca en solo un día, «por hipnosis». También tiene preparado el discurso por si le dan el Goya. Esto dirá: «Señores, ¿sabéis contar? Pues no cuenten más conmigo». Y se irá del escenario, dejando al personal como a Motos esta noche de lunes: desconcertado.