El drama familiar de Laura Pausini

Continúa Laura Pausini promocionando la película sobre su vida que está disponible en Amazon Prime, Un placer conocerte. Se sentó ante Carlos del Amor en La matemática del espejo y –perdonen el tópico, pero es lo que ocurrió– le abrió su corazón.

«El 8 es mi número preferido. Muchas cosas importantes a mí me han pasado el día 8. Me convertí en madre el 8 de febrero. El 8 de febrero de algunos años antes gané un Grammy. El 18 es el cumpleaños de mi novio… Es un bellísimo número, y puesto así –coloca el 8 de cera que le ha dado el presentador en horizontal– es infinito», empezó confesando. Antes de los tres años empezó a cantar, pero fue precisamente el día que cumplió ocho años cuando lo hizo por primera vez en público. «Mi padre es músico, y aquella noche iba a trabajar. Mi madre me dijo: ‘Vamos a comer la pizza en el restaurante donde toca papá y así celebramos tu cumpleaños’. Mi padre me dijo: ‘¿Quieres tu regalo de cumpleaños?’. Me había preparado una muñeca. Yo le dije: ‘No quiero eso, yo quiero el micrófono’». A su padre se le iluminaron los ojos. Y le dejó el micrófono.

Cantó una canción de la serie Marco. «Desde ahí empecé a hacer piano-bar con mi padre los viernes y los sábados», contó. Marco se llamaba precisamente su primer novio («lo fuimos desde los doce hasta los trece, la primera persona que he amado y he besado»), nombre que ella introdujo en la canción con la que ganó el Festival de San Remo, La soledad, compuesta por Federico Cavalli, Pietro Cremonesi y Arcangelo Valsiglo. Le puso los cuernos y de ahí el dramatismo de la canción, pero lo ha perdonado: «Somos muy amigos, Lo quiero mucho». A él le han ofrecido «mucho dinero» en Italia por ir a contar su historia en televisión, pero lleva 29 años rechazando ofertas.

Drama familiar

Su madre prefería que fuese farmacéutica. Su padre quería ser famoso, y se lo habría merecido más que su hija, según la propia Laura Pausini. Contó que la carrera de su progenitor se frenó cuando tuvo que estar pendiente de su mujer, que estuvo reposando siete meses en la cama por el parto de la hoy cantante: «Perdieron tres hijos antes que yo y mi hermano», desveló. Años después, ella quiso ser madre y tardó cinco años en conseguirlo.

Confesó a Carlos del Amor que vive un mal momento creativo, que cree que superará. «Incluso cuando no sé qué escribir, que estoy desde hace dos años que me parece haber dicho todo lo que quería decir, incluso en este momento sé que me va a contestar pronto, que no me abandona».

Está muy centrada en la crianza de su hija Paola, nacida el 7 de febrero de 2013. «No quiero ser la protagonista de mi vida ahora». El primer viaje que la cría hizo fue para ver a Raffaella Carrà. Su amiga, su referente. Cuando Carlos del Amor le mostró una peluca rubia, ella se la puso entre lágrimas. Cree que la fallecida cantante y presentadora es la única que puede comprender su relación con España: «La sensación de pertenecer a una nación que no es la tuya es algo único». A Raffaella le hará un homenaje en Eurovisión, que este año presentará.

Antes de poner fin a la entrevista, una nueva superstición numérica. «El 9 es mi número desafortunado. No me gusta. Lo evito». Fue un día nueve cuando, siendo ella era un niña, murió su abuelo.