¿Qué son los «cerrojos» de 'Pasapalabra'?

Lo dijo el sevillano Rafa unas tardes atrás, poniendo rostro compungido al no ver opción de remontada frente a Orestes: «Quedan dos cerrojillos». El telespectador que lleve mucho tiempo siguiendo Pasapalabra quizá ya esté familiarizado con la jerga de los más avezados concursantes, pero a la mayoría del resto –que pueden ser miles de los cerca de tres millones siguen el concurso en el pico del programa– les sonará a chino.

¿Qué quería decir Rafa? Algo más concretó en el siguiente programa: «Pensaba que me quedaban dos letras difíciles porque siempre soléis poner cuatro», le dijo a Roberto Leal, el presentador.

Los cerrojos –lo diremos ya– son las preguntas de máxima dificultad con las que Pasapalabra complica los «roscos». Su nivel de retorcimiento ha ido creciendo notablemente con el paso de los años, como queda claro si comparamos el primero completo de la historia del programa en España, que respondió Sonsoles en 2000 a preguntas de Silvia Jato, y uno de los últimos de Rafa, como ya hicimos en El Debate.

Las preguntas más complicadas en esos «roscos» suelen ser los nombres propios de poetas, arquitectos, escritores o cineastas de obras no demasiado conocidas. Son comunes las quejas de la audiencia de Pasapalabra ante este tipo de preguntas, cuyo nivel de dificultad es extremo. También son habituales las protestas porque a fulanito le ponen «roscos» más fáciles que a menganito.

Son varios los concursantes que han hablado sobre los cerrojos sin apenas cortapisas. Destacado fue el caso de Sofía Álvarez, última ganadora del bote, que se sinceró en una entrevista con la Cope: «Mi sensación es que nuestros roscos tenían tres 'cerrojos', como llamamos a las palabras más complicadas, y yo he visto muchos de Javier [Dávila] y Pablo [Díaz] con cuatro, aunque también he visto muchos con tres cerrojos».

Pero el que más se ha extendido sobre el asunto, hasta el punto de que podría haber firmado una Pequeña Historia Oral de los Cerrojos de 'Pasalapabra' , es el GOAT del programa, Pablo Díaz. En una entrevista con Mar Bassa que pueden leer aquí ofreció todo tipo de detalles. Por él sabemos que los guionistas decidieron introducirlos en 2011. comenzaron con dos; en 2017-2018 subieron a tres y en la actual etapa lo común es cuatro, salvo en el período que acabó con bote de Sofía.

También conocemos a través de Pablo de dónde extraen los guionistas esas preguntas complicadas. Lo más común es que haya una palabra repetida (salió en el programa, pero mucho tiempo atrás), otro extraída del diccionario y otras dos ajenas al diccionario (es en estas últimas en las que suelen aparecer esos nombres propios que traen por la calle de la amargura a los aspirantes y también a los espectadores).

Rafa y Orestes se suelen mover en torno a los 22-23 aciertos, aunque ya en más de una ocasión han logrado 24 y se han quedado a uno de resolver el «rosco». Un «cerrojo» se lo impidió.