Orestes Barbero tiene un plan en ‘Pasapalabra’: resucita su táctica favorita

El burgalés Orestes Barbero no está fino en Pasapalabra. No es un problema reciente, sino que data de tiempo atrás. Pero está en vías de solucionarlo.

En el programa emitido el pasado 25 de octubre, ganó al sevillano Rafa Castaño y puso fin a su peor racha en el programa: llevaba doce enfrentamientos sin conocer la victoria, junto a otra de igual duración entre los programas 575 (4 de agosto) y 586 (22 de agosto), también ante el andaluz.

Pero ese triunfo no marcó un punto de inflexión. De hecho, no ha vuelto a ganar. Cayó derrotado en los tres siguientes roscos, mientras que en las dos últimas tardes ha logrado al menos arrancar un empate. Sin embargo, estas dos últimas igualadas sí que pueden marcar un cambio de tendencia. ¿Por qué? Porque Orestes tiene un plan. Es antiguo, pero parece que le funciona. Se trata del «primervueltismo».

El plan empezó a aplicarlo el pasado martes. Solo empleó tres turnos antes de plantarse justo tras el fin de la primera vuelta: en el primero acertó seis respuestas; en el segundo, 16; en el tercero, uno. O sea, 23 aciertos y ningún fallo. Rafa lo igualó, pero sintió la presión. «Me lo hace pasar muy mal. Creo que ha hecho una promesa: hacer los roscos en la primera vuelta… De vez en cuando lo hace. Tuve la suerte de empatar», analizó Rafa al inicio del rosco de anoche miércoles, en el que el burgalés repitió táctica.

En efecto, Orestes resolvió en la primera vuelta su participación: dos tandas de diez y una de tres. El mismo resultado que el martes: 23 respuestas correctas, ningún error. El sevillano quedó solo ante el peligro: necesitaba atinar 17 para empatar. Lo logró, pero con la lengua de fuera.

El burgalés no gana, pero parece haber conseguido su objetivo: invertir la dinámica negativa. Y todo gracias a su táctica favorita en casos desesperados: el «primervueltismo».