El prestigioso premio que tiene Schwarzenegger pero no Harrison Ford

En el documental Arnold, Netflix nos cuenta la historia de un hombre hecho a sí mismo, de un tipo que construyó el sueño americano levantando pesas (o, mejor dicho, que empezó a construirlo así). De un hombre que soñaba con ser Hércules y lo fue. Pero que después fue mucho más allá y se convirtió en uno de los actores más taquilleros de la historia.

Reconoce Schwarzenegger en el documental que es «un cambio raro» pasar de culturista a actor, y más en aquellos tiempos en los que él lo hizo. Tiene toda la razón. Hay un año crucial en su carrera como intérprete, 1977, y el documental se detiene ahí.

Los agentes, los managers, la gente del negocio del cine, todos le decían «eres demasiado grande, demasiado musculoso» para triunfar en la gran pantalla. Pero él se había retirado ya como culturista y tenía claro qué quería hacer con su vida. Fue entonces cuando los astros se alinearon para él. Primero, el prestigioso director Bob Rafelson compró los derechos de la novela Stay Hungry para llevarla al cine. Era una novela escrita por un culturista amigo de Schwarzenegger Charles Gaines.

«Fue escrita para un culturista, así que me sentía en el momento y lugar correctos», dice el austríaco en el documental. Gaines le dijo al director que el papel del forzudo Joe Santos «tenía que ser un culturista convincente» y le propuso un solo nombre, el de su amigo Arnold. «Necesita un coach de voz, todavía tiene demasiado acento», replicó el director. Pero habló con Schwarzenegger y le dejó una puerta abierta: «En unos meses haremos una prueba. Mientras, vete a clases de interpretación». Además, lo puso en manos de Eric Morris, profesor de actores. Tiempo después llegó la prueba: «Tengo los pelos de punta, la piel de gallina. El papel es tuyo», le dijo Rafelson.

El siguiente proyecto fue un documental sobre el culturismo titulado Pumping Iron. En el Festival de Cannes de 1977, al que acudió el propio Schwarzenegger, dio mucho que hablar. Estaba en la cresta de la ola. Por esta producción y por la repercusión de su interpretación en Stay hungry, protagonizada por Sally Field y Jeff Bridges. Fue entonces cuando le dieron un premio que no tienen, por citar tres actores de renombre y éxito, Harrison Ford, Liam Neeson o Ewan McGregor. En los Globos de Oro de 1977 recibió el reconocimiento como «Nueva estrella del año». Esta es una categoría que hoy no existe ya en tales premios, pero que mientras que lo hizo galardonó, entre otros, a Richard Burton (1953, por Mi prima Raquel), Paul Newman (1957, El cáliz de plata), Anthony Perkins (1958, La gran prueba), Warren Beatty (1962, Esplendor en la hierba), Peter O’Toole (1963, Lawrence de Arabia), Omar Sharif (1963, Lawrence de Arabia), Robert Redford (1966, La rebelde), Dustin Hoffman (1968, El graduado) o Ben Kingsley (1983, Gandhi).

«Estaba muy claro que lo siguiente no iba a ser solo actuar, sino ser el protagonista de las películas. Ser una estrella», dice Schwarzenegger desde el presente en el documental cuando recuerda ese 1977 en que ganó el Globo de Oro y dio que hablar en Cannes.