Grand Prix
La implacable árbitra en la que se apoya Ramón García: de la pista de baloncesto al plató
Asun Langa, que pita en la LEB Oro, vigila el estricto cumplimiento del reglamento del programa
Ramón García la presentó este lunes a la audiencia como «una árbitra de verdad». Así es. Se llama Asun Langa y los que frecuentan ciertas canchas de baloncesto la conocerán.
Ella conocía el programa desde su más tierna infancia, cuando lo veía con sus abuelos en el pueblo. Esta declarada fan de Grand Prix, nacida en Guadalajara en 1986 pero afincada desde niña en Alcalá de Henares, no dudó en presentarse al casting del concurso, en el que resultó elegida como juez principal.
Asun arbitra en competiciones organizadas por la Federación España de Baloncesto desde septiembre de 2015. Lo hace en torneos femeninos del máximo nivel: formó parte del primer trío arbitral compuesto exclusivamente por mujeres en dirigir un partido de la Liga Femenina Endesa y ha pitado la final de la Copa de la Reina en 2018, 2019 y este año, cuando fue «microfonada» y se pudieron escuchar sus intervenciones. Pero también hace sonar el silbato en la LEB Oro, que es la segunda división del baloncesto masculino en España.
Su papel es fundamental, pues es la máxima responsable de que se cumplan las normas del programa, que explica a los participantes en los juegos. Colabora en la elaboración del reglamento de las diferentes pruebas y aconseja en temas de seguridad. Y da la cara cuando toma una decisión polémica ante capitanes y alcaldes.
No dispone de VAR, pero sí de moviola. En la gala de este lunes empezó ya con mucho protagonista, pues restó dos «salmones» que el equipo de Cervelló había reunido en la primera prueba, pues para recolectarlos habían incumplido las normas. «Un gran aplauso para Asun», pidió Ramontxu para ella a continuación, y todo el plató le obedeció.
No es la única persona ligada al deporte que forma parte del elenco del programa. El payaso Wilbur aseguró en la gala de este lunes que fue campeón de España de gimnasia. En efecto, dedicó 16 años de su vida a la gimnasia de alta competición, pero finalmente acabó dedicándose a lo que siempre le había gustado, que es ser payaso.