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04 de julio de 2024

Christopher Nolan, durante el rodaje de Oppenheimer

Christopher Nolan, durante el rodaje de OppenheimerUniversal Pictures

Cine

La película de Nolan que solamente vieron 121 personas en España

Los inicios del director de Oppenheimer no fueron fáciles, pero la perseverancia lo ha convertido en uno de los realizadores más respetados

Christopher Nolan es un director acostumbrado a llenar las salas de cine. Cualquier película suya es sinónimo de éxito en taquilla y, gracias a esa solvencia, tiene ciertas licencias con las que otros realizadores ni sueñan. Las últimas películas de su filmografía –Tenet (2020) y Oppenheimer (2023)– son un claro reflejo de esta circunstancia. Dos filmes que, pese a hablar de física –un tema denso y complejo alejado del público general–, han cosechado unos ingresos económicos muy sustanciosos.

Esto es algo que las grandes productoras agradecen y por ello dan a Nolan margen para que haga lo que quiera con los guiones de sus películas. De hecho, Nolan exigió una ventana de distribución mayor que los 45 días concedidos a la mayoría de películas para que se puedan estrenar en plataformas después de su paso por los cines. Sin embargo, el director británico no siempre lo tuvo tan fácil.

El debut del director de Interstellar se produjo cuando tenía solamente 28 años. El largometraje Following, rodado en blanco y negro, tiene como protagonista a Bill, un joven escritor que sufre una sequía creativa y decide buscar inspiración siguiendo a algunas personas por las calles de Londres. Un entretenimiento inocente que le acarreará algún que otro problema cuando se cruce con un misterioso individuo –Cobb, como el personaje de Leonardo DiCaprio en Origen– y entable una relación con él muy poco aconsejable. En esta primera película se aprecian algunos de los elementos característicos del cine de Nolan como son la estructura narrativa no lineal de sus filmes y el tratamiento psicológico de sus personajes.

El filme fue muy aplaudido por la crítica, pero en España no fue estrenada en su momento ya que el director aún no era conocido. Sería en el 2015, un año después del éxito de Interstellar, cuando se proyectaría una reposición de esta película en Barcelona y Madrid, aunque solamente atrajo a 121 personas a las salas de cine y recaudó 443 euros, según el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA). En total, la película recaudó en torno a los 48.000 dólares en todo el mundo.

La película tuvo un presupuesto de 6.000 dólares –muy alejado de los presupuestos mastodónticos que maneja el director actualmente–, fue rodada en 16 milímetros durante varios fines de semana y tiene una duración de 69 minutos. Como vemos, los inicios siempre son duros, pero la perseverancia tiene sus frutos.

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