El cine español se hace el sordo en los Goya con los guardias civiles y los agricultores en la noche de La sociedad de la nieve

Al cine español, tan dado a alzar la voz contra las injusticias en las entregas de premios, le sobraban motivos este año para sacar sus megáfonos en la gala de los Goya 2024. En la noche de este sábado en Valladolid lo hicieron contra los abusos y la violencia sexual a raíz de las recientes denuncias de tres mujeres a Carlos Vermut, director de películas como Magical Girl. Es de ley que lo hicieran. Pero también lo habría sido que se acordaran de los agricultores y ganaderos; que tuvieran un recuerdo para los guardias civiles asesinados este viernes en Barbate y para sus familias; y que alzaran la voz contra la amnistía. En lugar de eso, lo que hubo fueron críticas a Vox –la más contundente, la de Almodóvar al final de la gala– y al presidente, pero no de España, sino de Argentina. Matías Recalt, ganador del Goya al mejor actor revelación por La sociedad de la nieve, se acordó de su padre, fallecido poco antes del rodaje de la película, para a continuación criticar a Javier Milei. «Mi país pasa por un momento muy delicado», aseguró.

Al menos, a Matías Recalt le toca de cerca porque es argentino, no como Fernando Méndez-Leite, presidente de la Academia de Cine –la de España–, que también cargó contra Milei al mandar su apoyo «a los compañeros argentinos, cuya industria se ve amenazada» en los Goya 2024. Fue la noche de J.A. Bayona y La sociedad de la nieve, que arrasó sumando un premio tras otro hasta acumular 12, incluidos el Goya a la mejor película y a la mejor dirección. Y fue también, sin quererlo, la noche de Sánchez, que otra vez salió ganando sin haber ganado nada.

El presidente del Gobierno se fue de rositas, una vez más, con el silencio cómplice del cine español y hasta con el peloteo, absurdo e incomprensible, de la presentadora de TVE Inés Hernand. «¡Eres un icono, presi, te queremos!», le soltó al presidente del Gobierno en pleno directo al final de la alfombra fucsia. Así se las gasta TVE, que solo unos días antes nos dejó la bochornosa entrevista a Almodóvar en No sé de qué me hablas, el programa presentado por Mercedes Milá con la colaboración de la propia Inés Hernand.

Comenzó la gala de los Goya 2024 con el homenaje –merecido, obligado–, a Concha Velasco. Poco más de dos meses la han separado de ver cómo su Valladolid natal, en la que ahora descansa, albergaba la gala de los Goya. Ana Belén, presentadora de la ceremonia junto a Los Javis, cantó y bailó por Concha. Resulta mucho más agradable escuchar a Ana Belén interpretando Chica yeyé y Mamá, quiero ser artista que verla y oírla sacando su vena más roja.

Concha Velasco también era de izquierdas, pero era mucho más elegante que ella. Mientras Ana Belén critica gratuitamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Concha Velasco deseaba que Isabel Díaz Ayuso fuera a verla a la residencia. Y Ayuso fue, mal que le pese también a Marisa Paredes cuando le dio por gritar «¿Pero qué hace aquí Ayuso? ¡Fuera, fuera!» cuando la presidenta madrileña acudió a la capilla ardiente de Concha Velasco.

Marisa Paredes tuvo en la gala de los Goya 2024 el momento de protagonismo que buscó aquel día: apareció sobre el escenario junto a Penélope Cruz, Cecilia Roth y Antonia San Juan para conmemorar los 25 años de Todo sobre mi madre y reproducir con esta última un diálogo de la película singularmente obsceno.

'20.000 especies de abejas': 15 nominaciones y 3 premios

20.000 especies de abejas, la película sobre la infancia trans, se llevó tres premios. Su directora, Estibaliz Urresola, ganó el Goya a la mejor dirección novel y al mejor guion original, y pidió «a los gobiernos que luchen contra el genocidio en Gaza». El otro premio para 20.000 especies de abejas, que se presentó en la ceremonia como la película más nominada con 15 candidaturas, se lo llevó Ane Gabarain (Patria) como mejor actriz de reparto. José Coronado, al principio de la noche, recibió el Goya al mejor actor de reparto por su trabajo en Cerrar los ojos.

J.A. Bayona coronó la gran noche de La sociedad de la nieve con el Goya a la mejor dirección y el Goya a la mejor película, cuya entrega vino precedida por la soflama de Almodóvar en respuesta a Juan García-Gallardo (Vox), que había llamado «señoritos» a la gente del cine español en comparación con los agricultores y criticado las subvenciones para producir películas que después no ve nadie.

«Un político que está presente aquí habló de nuestras subvenciones para después hacer películas muy malas que no interesan a nadie. A este hombre le voy a decir que el dinero que los cineastas recibimos como anticipo lo devolvemos con creces al Estado a través de nuestros impuestos. Creamos miles de puestos de trabajo», reivindicó Almodóvar.

Antes, como se esperaba, Malena Alterio se había llevado el Goya a la mejor actriz por Que nadie duerma y David Verdaguer, el de mejor actor por su interpretación del humorista Eugenio en Saben aquell.

España, por desgracia, está para pocos chistes y, como el propio Eugenio, viste de negro con un presidente como Sánchez, tan cabezón como la pesada estatuilla del cine español y que acusa una sordera peor que la de Goya –y Almodóvar–: la del que no quiere oír.