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Cillian Murphy ganó el Oscar a mejor actor por Oppenheimer

Cillian Murphy ganó el Oscar a mejor actor por OppenheimerGTRES

Premios Oscar 2024

Unos Oscar previsibles, correctos, pero también injustos

A diferencia de las últimas ediciones de la gala de los premios de la Academia de Hollywood, este año no ha habido sorpresas estrambóticas o surrealistas. Ni en los ganadores ni en la ceremonia. Para bien y para mal. Por un lado tranquiliza que los académicos no se hayan lanzado a premiar películas extrañas, menores o que la gente no entiende, pero también decepciona que hayan seguido tan a rajatabla el guion de lo predecible y fácil. Y como siempre, estos Oscar han dejado por el camino algunas injusticias dignas de mención.

A nuestro humilde entender Oppenheimer es una buena película, pero muy sobrevalorada. Los premios técnicos no se los discuto (Montaje, Fotografía y Banda Sonora), aunque se los podrían haber llevado otras películas perfectamente. Por ejemplo, la fotografía de Rodrigo Prieto en Los asesinos de la luna no es en absoluto inferior a la de Hoyte van Hoytema en Openheimer. Tampoco extraña que el Oscar a mejor actor de reparto sea para Robert Doney Jr., pero igual de buen papel hace Sterling K. Brown en su rol de hermano díscolo en American Fiction. Nada que objetar a la estatuilla para Cillian Murphy como mejor actor. Mucho más discutible son sus dos grandes premios, a mejor película y a mejor director.

La película tiene muchos elementos estupendos, pero arrastra lastres significativos: es fría, no se llega a penetrar convincentemente en la psicología del protagonista, se abusa de las escenas de la caza de brujas -de las que ya sobreabunda la historia del cine-, se recurre a efectos de sonido y visuales un poco pueriles para retratar los conflictos morales del científico… Y pensamos que otras películas nominadas son mucho más redondas, como Barbie, La zona de interés, Vidas pasadas o, por supuesto, la de Martin Scorsese, Los asesinos de la luna.

Y aquí tenemos ya alguna injusticia con mayúsculas. El absoluto ninguneo a Scorsese y a Greta Gerwig. Uno representa el cine clásico moderno, que se ve que ya no interesa a unos académicos cada vez más jóvenes. La otra representa un feminismo que quizá resulta ya también demasiado clásico a los ojos de quienes han premiado el feminismo de opereta de Pobres Criaturas. Si Gerwig ni siquiera ha estado nominada como directora, más escandaloso resulta que su actriz protagonista, Margot Robbie, tampoco lo haya estado, y que es probablemente la que debiera haber ganado el Oscar a mejor actriz. Se lo ha llevado Emma Stone, seguramente el premio más cantado desde hace meses. Su trabajo es excelente, aunque es una pena que sea para un personaje tan artificioso como inauténtico. Pero eso no es culpa suya.

Emma Stone ha ganado el Oscar a mejor actriz por Pobres Criaturas

Emma Stone ha ganado el Oscar a mejor actriz por Pobres CriaturasGTRES

Respecto a los guiones originales, pienso que ha ganado el texto más efectista, más de laboratorio, como es el de Anatomía de una caída, de J. Triet y A. Harai. Me parecen más frescos, creíbles y auténticos los libretos de Los que se quedan o Vidas pasadas. El Oscar al mejor guion adaptado es para Cord Jefferson por American Fiction. Sin duda es lo mejor que tiene este simpático largometraje, pero tanto La zona de interés o Barbie tienen guiones iguales o mejores que él.

La película internacional era la única categoría en la que todas las nominadas eran merecedoras del Oscar. Ha ganado quizá la más original en su planteamiento cinematográfico, tanto narrativo como dramático: La zona de interés, una de las cintas más sugerentes e impactantes del año, la que tiene más fuerza moral.

Robert Downey Jr., Da'Vine Joy Randolph, Emma Stone y Cillian Murphy ganadores al Oscar

Robert Downey Jr., Da'Vine Joy Randolph, Emma Stone y Cillian Murphy ganadores al OscarGTRES

Para terminar, qué decir de la representación española. La sociedad de la nieve era muy difícil que ganara, pues se parece mucho a las películas que saben hacer los americanos y eso nunca les ha gustado a los académicos. Lo mismo ocurre con la maravillosa Robot Dreams, que se desarrolla en Manhattan. En este caso, además, competía con Hayao Miyazaki, el mayor maestro vivo de animación del mundo entero. Era mucho pedir. Y eso que la cinta del japonés está lejos de contarse entre sus mejores películas.

En fin, lo dicho, unos Oscar previsibles, correctos, sin estridencias, pero también algo decepcionantes y en algunos casos, muy injustos.

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