Historias de película
El detalle que conecta dos obras maestras del cine como 'Ciudadano Kane' y 'Apocalypse Now'
Ambas películas tienen dos de las preguntas más famosas de la historia del cine: ¿cuál es el horror del que habla Kurtz? ¿Qué significa el misterioso Rosebud que pronuncia Kane?
La cantidad de películas en la historia del cine es tan voluminosa que democratizar una lista de los mejores filmes que se han hecho es tarea imposible y dependiente del gusto de cada uno. Sin embargo, en estas clasificaciones que aparecen cada cierto tiempo sobre los largometrajes imperdibles, dos películas que se repiten con frecuencia son Ciudadano Kane y Apocalypse Now.
En principio se podría pensar que estas dos películas, más allá de su indiscutible calidad, no tienen demasiadas cosas en común. Hay casi cuarenta años de diferencia entre ellas (1941 y 1979), pertenecen a géneros distintos, no son del mismo director ni están enmarcadas en el mismo contexto histórico. Y, sin embargo, cuentan la misma historia. O, mejor dicho, comparten la misma estructura dramática y llegan a la misma hipótesis.
Orson Welles, el fantástico director de Ciudadano Kane, genio y precoz, estuvo, antes de meterse de lleno en la producción de ese largometraje, preparando una adaptación cinematográfica de la novela El corazón de las tinieblas del escritor polaco Joseph Conrad. Esta novela, que inspiró Apocalypse Now, tiene prácticamente el mismo argumento que la película de Coppola, solo que en lugar de ambientarse en la selva vietnamita se desarrolla en el Congo.
En dicha historia, encargan a Marlow (el personaje que en la película, interpretado por Martin Sheen, toma el nombre de Benjamin Willard) encontrar a un tal Kurtz, el mejor traficante de marfil que lleva meses sin dar señales de vida. La mayor parte de la novela narra el camino de Marlow remontando el río, reconstruyendo la vida de Kurtz. Cuando finalmente lo encuentra, sumergido en un salvajismo prehistórico, Kurtz muere en sus brazos bajo unas enigmáticas palabras: «El horror, el horror».
Ciudadano Kane invierte la estructura, situando las últimas palabras de la vida de su protagonista, el magnate Charles Foster Kane, en la primera escena de la película. Una misteriosa palabra, Rosebud, que es el motor del largometraje en el que los periodistas buscan averiguar su significado.
Ellos no lo consiguen, pero nosotros, como espectadores, descubrimos la verdad en la última escena de la película. Rosebud es la palabra que aparece en el trineo con el que el niño Kane jugaba en la nieve, junto a su familia, antes de ser apartado de su destino de nacimiento, dejando atrás una vida convencional y convirtiéndose en millonario.
En la novela El corazón de las tinieblas hay un fragmento de historia que no se reproduce en la película de Coppola. Marlow, al regresar a Londres, se encuentra con la novia de Kurtz, que le insiste en conocer cuáles fueron las últimas palabras de su amado. Marlow, incapaz de contarle la verdad, ese enigmático horror, miente y responde que sus últimas palabras fueron el nombre de su prometida.
Ambas historias comparten la misma estructura dramática, en la que las últimas palabras de una persona permiten conocer mejor quién era. ¿Qué es el horror del que hablaba Kurtz? ¿Por qué Kane recordó su trineo en sus últimos momentos?
Orson Welles, genio precoz, nos da su particular respuesta a ambas preguntas con la escena final de Ciudadano Kane, la película que rodó tras preparar la adaptación, que nunca vio la luz, de la obra de Conrad. Para Welles, el horror es la infancia perdida.