Fundado en 1910
lo que el viento se llevo

Clark Gable y Vivien Leigh, en Lo que el viento se llevó

Cine

'Lo que el viento se llevó' y su otra guerra: el tormentoso rodaje de una película para la historia

A pesar de su éxito, la película estuvo al borde del colapso

Se acaban de cumplir 85 años del estreno de Lo que el viento se llevó, uno de los filmes más emblemáticos de la historia del cine. Estrenada el 15 de diciembre de 1939, esta obra maestra dirigida por Victor Fleming, basada en la novela de Margaret Mitchell, no solo marcó un hito en el cine estadounidense, sino que también dejó un legado lleno de curiosidades, obstáculos durante su rodaje y, por supuesto, frases que han quedado grabadas en nuestra memoria colectiva.

Pero es mucho más que una película épica; es una epopeya sobre amor, guerra y supervivencia en el sur de los Estados Unidos, que continúa fascinando y generando conversaciones. La historia sigue a Scarlett O'Hara, una joven rica y decidida del sur, cuya vida aristocrática se desmorona cuando la Guerra Civil estalla. A lo largo de su lucha por encontrar el amor y mantener su estatus social, Scarlett se enfrenta a decisiones complicadas, transformaciones personales y la dureza de un mundo que cambia de manera irreversible. Es un retrato de resiliencia, ambición y, claro, de una mujer que se niega a rendirse, cueste lo que cueste.

Las frases míticas de la película se han convertido en parte de la cultura popular. Desde el emblemático «a Dios pongo por testigo, que jamás volveré a pasar hambre», hasta el optimista y casi ingenuo «Después de todo, mañana será otro día», que parece tener el poder de levantar el ánimo en cualquier situación. Y, por supuesto, la implacable frase de Rhett Butler, «francamente, querida, me importa un bledo», que define su indiferencia cínica y se ha ganado un lugar de honor en la historia del cine.

Pero, como todo gran clásico, la realización no estuvo exenta de problemas. Desde las disputas sobre la elección de los actores hasta cambios constantes en la dirección, la película estuvo llena de desafíos. Vivien Leigh, la brillante Scarlett, pasó por duras pruebas para conseguir el papel, y estuvo a punto de perderlo por sus diferencias con el director. El rodaje también estuvo marcado por el cambio de directores, lo que contribuyó a un ambiente de incertidumbre. Pero, a pesar de todo, el resultado final se convertiría en una producción que redefiniría lo que conocemos como «cine épico».

Con un presupuesto de más de 3 millones de dólares, una suma considerable para la época, la película sobresalió por sus majestuosos decorados, vestuarios, y efectos especiales, como la impresionante secuencia de la batalla de Atlanta que fue una de las escenas más icónicas de la película, destacada por su magnitud y efectos especiales innovadores para la época.

Representa la devastación de la ciudad durante la Guerra Civil, simbolizando el impacto de la guerra en los personajes principales. Utilizando miniaturas, efectos prácticos y una cuidadosa planificación, la escena logró transmitir la sensación de caos y destrucción, convirtiéndose en un logro técnico y artístico notable. ¿El resultado? 10 premios Oscar, incluidos mejor película, mejor director para Victor Fleming, y mejor actriz para Vivien Leigh. Hoy, sigue siendo un clásico que sigue fascinando a nuevas generaciones de cinéfilos.

Lo que el viento se llevó

Fotograma de Lo que el viento se llevó

Curiosidades que siguen sorprendiendo

¿Sabías que una de las frases más icónicas de Lo que el viento se llevó, «después de todo, mañana será otro día», no estaba en el guion original? Fue improvisada por la guionista, aunque Margaret Mitchell, autora de la novela, no estaba completamente satisfecha con ella. Sin embargo, esta línea se convirtió en uno de los momentos más emblemáticos del cine, un hito que sigue perdurando hasta hoy.

Otra curiosidad destaca una famosa escena en la que Scarlett pasa junto a cientos de soldados confederados heridos en la estación de ferrocarril de Atlanta. El productor David O. Selznick quería contar con 2.500 extras para interpretar a los soldados, pero el sindicato solo podía proporcionar 1.500. ¿La solución? Utilizar 1.000 muñecos vestidos con uniformes. Como dicen, el cine es magia.

Vivian Leigh, junto a Leslie Howard en el papel de Ashley Wilkes

Vivien Leigh, junto a Leslie Howard en el papel de Ashley Wilkes

Por otro lado, Leslie Howard, quien interpretó a Ashley Wilkes, no estaba particularmente entusiasmado con su papel. En una carta a su hija, confesó: «Odio esta maldita parte. No creo que sea lo suficientemente apuesto o joven para ser Ashley y me pone enfermo que me arreglen para parecer más atractivo».

Claramente, Howard no compartía el entusiasmo por interpretar al primer amor de Scarlett, pero, a pesar de ello, su interpretación es esencial en la historia. Estas anécdotas y otros detalles detrás de las cámaras contribuyen a la mitología de Lo que el viento se llevó, una película que no solo marcó un antes y un después en la historia del cine, sino que también estuvo marcada por las pasiones, tensiones y dificultades de su tiempo.

comentarios
tracking