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Julia Roberts ganó el Oscar a la mejor actriz por Erin Brockovich

Julia Roberts ganó el Oscar a la mejor actriz por Erin Brockovich

Cine

La vida de la Erin Brockovich real 25 años después de la película que dio el Oscar a Julia Roberts

La famosa activista medioambiental, cuya lucha contra la contaminación inspiró la película de Julia Roberts, sigue siendo una figura imparable en la defensa de la justicia social

Erin Brockovich sigue siendo una de las figuras más destacadas en la lucha por la justicia ambiental, 25 años después de que su inspiradora historia fuera llevada al cine con Steven Soderbergh como director y Julia Roberts y Albert Finney como protagonistas. A sus 64 años, Erin Brockovich continúa tan activa y decidida como siempre, y parece que, en lugar de disminuir, su energía se ha incrementado con el paso del tiempo.

Su vida tiene todos los elementos de una película de éxito, y no es para menos. En sus primeros años, fue una madre soltera, divorciada, con tres hijos y sin estudios universitarios, aunque participó en algunos concursos de belleza, siendo Miss Pacific Coast en 1981. A pesar de no contar con formación en derecho, logró convencer a un abogado para que la contratara como asistente legal. Nadie habría imaginado en ese momento que esta mujer sin estudios formales se convertiría en la protagonista de uno de los casos más importantes en la lucha medioambiental.

El caso de PG&E, la gigante energética responsable de la contaminación del agua en Hinkley, California, la catapultó a la fama. La empresa vertió cromo hexavalente en el agua potable, lo que provocó serios problemas de salud en miles de personas en la zona. Gracias a su incansable trabajo y habilidades investigativas, Erin Brockovich consiguió una indemnización histórica, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por la justicia. Su historia fue adaptada a la película Erin Brockovich, protagonizada por Julia Roberts, quien, además de hacer famoso su nombre a nivel mundial, ganó el Oscar a la mejor actriz por su brillante interpretación.

Sin embargo, el camino de la famosa activista no estuvo exento de dificultades. Al principio, no fue bien recibida por el sistema judicial. La criticaban por su estilo, su forma de vestir y, sobre todo, por no tener una educación formal en derecho. Pero a pesar de estas críticas y prejuicios, nunca se rindió, y se convirtió en una de las voces más poderosas en la defensa de la salud pública y en la lucha contra las grandes corporaciones.

Erin Brockovich, en una imagen de 2001

Erin Brockovich, en una imagen de 2001GTRES

PG&E tuvo que pagar 333 millones de dólares de indemnización y Erin Brockovich recibió dos millones y medio, una suma que parecía ser la recompensa definitiva por su arduo trabajo. Sin embargo, ese dinero se fue rápidamente. Tuvo que pagar impuestos elevados y compró una mansión que resultó ser una pesadilla, con reparaciones costosas, incluidos problemas de moho tóxico que amenazaban la seguridad de su hogar. Además, gran parte de esa suma fue destinada a la rehabilitación de sus hijos mayores, quienes atravesaban dificultades con el abuso de sustancias.

Como ella misma comentó a The Guardian en 2001, «mis hijos no estaban acostumbrados a este tipo de vida. Pasamos de la pobreza a la riqueza de la noche a la mañana, y creo que eso los catapultó a un estilo de vida más acelerado, rodeados de compañeros con los que no estaban familiarizados, bienes materiales y experimentando con drogas».

El sueño de estabilidad financiera se desvaneció rápidamente, y lo que parecía ser el inicio de una nueva vida, se convirtió en una carga difícil de manejar. Sin embargo, a pesar de estos retos, sigue viviendo en Agoura Hills, California, en la casa que compró en 1996 con la bonificación recibida por el acuerdo.

Hoy en día, continúa siendo un pilar fundamental en la lucha medioambiental. Encabeza Brockovich Research & Consulting, donde ayuda a comunidades afectadas por la contaminación, y asesora al bufete Weitz & Luxenberg en Nueva York, especializado en demandas por exposición al amianto. También colabora con Shine Lawyers en Australia y sigue recibiendo miles de correos de personas de todo el mundo que denuncian la contaminación y el abuso de grandes empresas. Además, ha publicado un libro titulado Superman no va a venir, en el que denuncia las prácticas fraudulentas de algunas grandes empresas y hace un llamado a la movilización frente a estos abusos. Continúa dando clases sobre la calidad del agua, y no parece que tenga intenciones de detenerse.

Matrimonios e hijos

La vida personal de Erin Brockovich ha sido un viaje lleno de giros y altibajos, pero siempre ha mantenido un compromiso firme con sus tres hijos. Se casó por primera vez con Shawn Brown, con quien tuvo a sus hijos Matthew y Katie. Sin embargo, ese matrimonio terminó en divorcio. Poco después, se casó con Steven Brockovich, con quien tuvo a su hija Elizabeth (Beth), pero esa relación también terminó. Más tarde, Erin se casó con el actor y músico DJ Eric L. Ellis, pero, como en los casos anteriores, esa relación también llegó a su fin.

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