
Vista aérea de Abenójar
La mina de oro (y sobre todo de wolframio) en Ciudad Real que puede cambiar España, Europa y el mundo
La Comisión Europea ha dado el «sí»a la explotación, junto a otros seis proyectos españoles presentados, lo que significa, además, beneficiarse de un abanico de fondos comunitarios
La minería siempre ha sido una fuente de riqueza esencial en todo el mundo. En España fue a finales del XIX y principios del XX cuando halló su apogeo, que hoy continúa. La razón fue, principalmente, la transformación de la economía. La Revolución Industrial pedía metales y sus yacimientos eran codiciados.
La «fiebre del wolframio»
Fue la explosión definitiva de la minería española, que ya antes había tenido algunos conatos de estallido. El problema entonces era la dificultad de la explotación, por sus costes y problemas técnicos y prácticos. Unos problemas que en pleno XXI son mucho más que subsanables y donde la tecnología es, mayormente, el cómo y el porqué de la minería actual debidos, otra vez, a la transformación de la economía y, esta vez, con la mirada de Europa puesta en las llamadas «materias primas críticas», cuya ley (para sacarlas) se aprobó el año pasado.

Una calle de Abenójar
Las historias de los mineros son legendarias. Desde la Fiebre del Oro hasta los que en su lugar encontraron petróleo o los mineros del carbón están hasta en la historia de la literatura y del cine. Las colonizaciones abusivas también están en este cuento. Los propietarios mineros son muchos de los grandes multimillonarios del mundo en el presente y a lo largo del tiempo. Entonces no había ecologistas paralizadores de proyectos y de recursos, que mucho bien podían haber hecho entonces.
No es exactamente el caso de ahora. Se decía que la tecnología es el cómo y el porqué de la minería de hoy porque aquella necesita materiales. Quien los posee no tiene que comprarlos. Quien los posee es rico. Y resulta que en Abenójar, en Ciudad Real, su mina de oro y, sobre todo, de wolframio, es única en Europa. El wolframio es un metal escaso y las posibilidades de El Moto, como se llama el yacimiento, la mina española, son precisamente para ir en moto como principal productor del continente.Casi 100 millones de toneladas
Una materia prima con la que no se contaba, como encontrar (encontrarse se encontró hace muchos años, pero al fin se cristalizó el proyecto) una mina de oro en una novela o en la realidad (también es una mina de oro en realidad con más de un millón de onzas), con cerca de 100 millones de toneladas de este «otro oro» gris que casi monopoliza China en el mundo como en su día monopolizó Rockefeller el petróleo.
Hay otras cuestiones paralelas, beneficios colaterales que trae este centro minero internacional en la despoblada Ciudad Real. Riqueza para Abenójar, para Ciudad Real, para España y para Europa en una cadena «alimenticia» que surge de la tierra. Ahora la Comisión Europea ha dado el sí a la explotación (junto a otros seis proyectos presentados por parte de España), lo que significa beneficiarse de un abanico de fondos comunitarios (que bien les hubieran servido a los propietarios de terrenos mineros hace un siglo) en una aquiescencia política que no existe en otros casos, como el de la monacita también de Ciudad Real, donde los ecologistas de momento mandan.
Treinta años de reservas
El wolframio lleva más de medio siglo siendo una materia prima fundamental. Lámparas y electrodos lo tienen. Defensa. Construcción. Lo digital lo usa y lo espera. Ahora es «materia prima estratégica para la Unión Europea» en tiempos de dependencias y de búsqueda de recursos propios del viejo continente, que entre todo lo viejo aún encuentra «cosas» que sirven (y más que quiere seguir buscando: las directrices políticas van en esa dirección, con el Plan de Transición Ecológica como ejemplo de plan sabueso de minerales) y que pueden servir hasta para treinta años, según las reservas, desde 2027, cuando la mina comenzará a producir para la tecnología del presente y del futuro, con la tecnología del presente y del futuro, y con la idea y el esfuerzo también del pasado.
Algunas cifras
- Según la compañía, se espera que esta mina aporte el 20 % de la demanda europea de wolframio antes de 2030.
- Tamaño y duración: más de 90 millones de toneladas de recursos, «garantizando producción a largo plazo».
- Creará 300 puestos de trabajo directos «durante al menos 26 años en una zona con escasas oportunidades laborales», como es Ciudad Real.
- Inversión y plazos: «Se destinarán 150 millones a su desarrollo, que se llevará a cabo en 24 meses, con el objetivo de que la mina esté en producción en 2027-2028», señalan desde El Moto.