
Los actores Diana Gómez y Maxi Iglesias en un frame de la cuarta temporada
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La gran mentira de la serie de 'Valeria': piso en el centro y trabajo de escritora
La situación de vivienda de las protagonistas de la serie no se adapta a la realidad del mercado inmobiliario en Madrid
Muchas veces la realidad supera a la ficción, pero en el caso de la serie Valeria es más bien al revés. La serie es una adaptación de la plataforma Netflix de la saga literaria escrita por Elísabet Benavent, en la que Valeria, su protagonista, es escritora y aspira a ser una de éxito acompañada por sus tres mejores amigas. La historia es una comedia romántica en la que tienen cierto protagonismo los trabajos de cada una de las chicas y la ciudad en la que discurre gran parte de la acción, que es Madrid.
Por su fama y llegada a un público más bien joven es necesario aterrizar la idea deValeria a la vida real y entender que no es tan fácil como aparenta llevar la vida de sus personajes. La protagonista, Valeria, interpretada por la actriz Diana Gómez, aparece en el primer capítulo presentándose como escritora pero sin todavía haber completado su primera novela. Esto le trae muchos quebraderos de cabeza que siguen presentes a lo largo de toda la temporada.
Precisamente debido a la inestabilidad laboral que tiene y sin haber finalizado su primera obra, es muy difícil creerse que se pueda permitir vivir donde vive. No sale el exterior de la casa lo suficiente para determinar en qué barrio es, pero por el estilo del piso y las vistas desde las ventanas pudiera ser por el barrio de Chueca o La Latina.

Casa ficticia de Valeria, protagonista de la serie
Un caso similar pasa con el personaje que interpreta la actriz Silma López, Lola en la serie, que es traductora y trabaja en una gran empresa. El apartamento en el que vive es un ático bastante espacioso y con terraza, de unos 90 metros cuadrados y por el tipo de edificio y las zonas por las que suele salir debe estar ubicado en el centro, en barrios como Chueca, Justicia o Salamanca.

Casa de Lola, mejor amiga de la protagonista y traductora en Madrid
El precio medio de un ático con esas características ronda en Madrid entre los 2.500 y 4.000 euros al mes de alquiler. Pensando que un sueldo de una profesional de la traducción debe rondar los 30.000 euros al año– tratándose de una firma grande y teniendo experiencia–, no sería posible vivir ahí sin ingresos extra.
Los dos casos más creíbles son los de sus amigas: Carmen y Nerea. Carmen lleva años trabajando en una consultora ubicada en las cuatro torres de Madrid como líder de la estrategia creativa en el departamento de Marketing, y llega a vivir en dos localizaciones diferentes a lo largo de la serie. En la primera, vive ella sola en un estudio muy pequeño que un profesional con su experiencia podría permitirse perfectamente, y más tarde se muda con su pareja y su hijo a un piso más amplio pero que no parece encontrarse en el centro de Madrid.
Nerea, la última integrante del grupo, empezó la serie siendo una abogada en prácticas en un gran bufete y más tarde emprende su propia empresa de organización de eventos. Durante gran parte de los capítulos vive en casa de sus padres y luego se muda a la propia oficina que utiliza para su negocio, pudiendo ahorrar así el gasto íntegro que haría en cualquier piso de alquiler. La alta remuneración de negocios de este tipo en Madrid le podría permitir vivir ella sola en cualquiera de los pisos de sus amigas.

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