Curro Sánchez Varela
El director de la docuserie de Sánchez en Moncloa: «Nos da libertad pero lo revisa cada semana»
Curro Sánchez Varela, director de la docuserie sobre el presidente del Gobierno, explica en una entrevista los entresijos de la polémica obra audiovisual
Nos conocimos cuando Curro Sánchez Varela (Madrid, 1983) acudió a Palma de Mallorca a presentar el documental sobre su padre. Había empezado a grabar una pieza audiovisual exquisita sobre el gran Paco de Lucía, y la repentina muerte del guitarrista transformó aquella cinta en algo aún más importante: una elegía.
Después de La Búsqueda (y el Premio Goya que ganó), y después de haberse diplomado en dirección de cine en Nueva York, Curro Sánchez Varela decidió seguir probando con el cine documental: se centró en la figura de Curro Romero primero, en la de su prima Malú después y ahora comienza una nueva etapa rodando el día a día del presidente del Gobierno.
Sin embargo, dista mucho mirar a un padre a través de un objetivo que hacerlo con el gobernante de todos los españoles. Según asegura, no tiene ningún tipo de límite a la hora de seguir a Pedro Sánchez en su desempeño profesional, y tampoco en lo personal, más allá de preservar el anonimato de sus hijas. Y a pesar de lo que muchos creen, no ha sido idea del socialista, aunque suponemos que está encantado con tener su propio reality show.
En plena invasión rusa de Ucrania, con el precio de la gasolina (y el de la luz) disparado, con un problema educativo creciente y la inflación por las nubes, Pedro Sánchez acepta ser filmado en «la resolución» de todos estos conflictos. El Debate ha hablado con Curro Sánchez Varela, director de tal hazaña.
–¿Cómo le llegó esta idea? ¿Fue una propuesta suya o se trató de o un encargo?
–Es un trabajo de encargo. La idea surgió de Andrés Varela, presidente de la productora The Pool, que quiso hacer un documental sobre el presidente del Gobierno y el personal de la Moncloa. Le dio forma al proyecto con su equipo, y al hacer el planteamiento de posibles directores, salió mi nombre. Me hicieron el pitch [la presentación del proyecto], y me entusiasmó tanto que dije que sí en el momento.
–¿Y cómo fue el momento de planteárselo a Pedro Sánchez?
–A mí me hicieron la oferta en enero, después se incorporó la otra productora al proyecto, Secuoya Studios, y entonces le hicimos el pitch a Pedro Sánchez. Nos reunimos en La Moncloa y nos hizo algunas matizaciones y bastantes preguntas, y nos pidió tiempo para pensarlo. Pasaron tres semanas de absoluto silencio, hasta el punto de que casi lo dimos por perdido. Nos pusimos bastante nerviosos. Entonces nos dijeron que «en Moncloa había gustado mucho» y que en tres días tendríamos que rodar la reunión del Presidente para tratar el tema de la invasión de Ucrania.
–¿Qué duración va a tener la docuserie?
–Van a ser cuatro capítulos, y cada uno va a tener 45 minutos de duración. En realidad está pensado para que cada capítulo abarque una estación climática.
–¿Y qué vamos a encontrar?
Vamos a ser la sombra del presidente y de su equipo durante un año entero. En realidad, va a ser un documento sobre cómo funciona la Moncloa en su día a día, todo ese ecosistema, los diferentes trabajadores... Y también vamos a hacer un repaso histórico de la Moncloa, desde Adolfo Suárez a la actualidad.
–¿Cuál es el hilo narrativo fundamental?
–En realidad no hay uno solo, más allá del día a día de Pedro Sánchez. En realidad hay varios hilos narrativos o tramas, porque no nos queremos centrar únicamente en la parte profesional de su día a día como presidente de España, si no que queremos mostrar su lado más íntimo y humano, sus momentos más personales, cómo es con sus seres queridos, cómo es su familia y qué relación tiene con sus colegas de profesión. También sus momentos de silencio y reflexión, entre pico y pico de trabajo. Es decir, su lado más humano.
–En ese sentido, ¿es más serie o documental? ¿Cuánto de fidelidad a la realidad va a tener el producto final?
–Tiene más de documental. El formato deja poco espacio para la dramatización, y la escenografía es la que es. Vamos a hacer un seguimiento riguroso de su día a día, y solo contaremos con el material que capturemos en cada momento. Nos parece la manera más interesante de abordar este importante proyecto.
–¿Ha establecido Pedro Sánchez alguna línea roja a la hora de filmar su cotidianeidad?
–Sí: no permite que en ningún momento y bajo ningún concepto aparezcan sus dos hijas. Aparte de eso, nada más: ya hemos rodado con él, con su mujer, con sus padres, con su entorno más cercano… Nos está dando muchas facilidades, y nos está permitiendo capturar también su lado más humano.
–¿Y cómo es ese lado humano?
–Parece un hombre con un control absoluto de las circunstancias. Venimos de rodar la negociación entre España y Portugal por el desacople del gas, y hemos visto cómo en una situación de gran estrés el Presidente guarda la compostura. La jornada empezó a las cinco de la mañana cogiendo un avión a Bruselas, y a las dos de la mañana, cuando nos retiramos, él seguía negociando. Con apenas unas horas de sueño, al día siguiente continuó hasta que cerró el acuerdo.
–Dormir poco es intrínseco a llevar sobre los hombros el peso del país...
–No deja de sorprenderme cómo es capaz de estar preparado para otro día de trabajo sin dormir. Pedro Sánchez duerme muy poco, poquísimo. Yo, que acabo de ser padre, me sorprendo viéndole. No descansando está perfectamente preparado para otro día más de trabajo. Control de las circunstancias.
–Dice que no habrá espacio para «argumentos puramente políticos o ideológicos». ¿Cómo se logra eso cuando uno está rodeado de políticos?
–El objetivo es más poder plasmar los detalles de las reuniones, los gestos, los comentarios más particulares, los manierismos del Presidente. Retratar el cómo más que el porqué.
–¿No se puede entender como un lavado de cara de Pedro Sánchez? ¿No le parece poco ético?
–Creo que las circunstancias en las que arranca el documental son adversas para un líder político. Por eso pienso que es un ejercicio valentía y transparencia querer abrirse en canal, y que Pedro Sánchez tiene una voluntad real de mostrar cómo son las cosas. Habría habido momentos más idóneos para dejar que entren las cámaras en La Moncloa, sinceramente. Ahora mismo están inmersos en una serie de circunstancias adversas, por lo que hacer este documental no puede tener una vocación propagandística. Es una cuestión de transparencia.
–Si es una cuestión de transparencia, ¿no han firmado ninguna cláusula sobre el contenido?
–Yo como creativo tengo libertad absoluta para contar la historia como yo creo que tiene que ser contada, aunque sí que hay reuniones semanales en las que la Moncloa revisa el contenido y realizan comentarios. Pero no hay ninguna 'línea editorial' ni vocación de suprimir contenidos. De hecho, ese ejercicio lo hacemos más nosotros, buscando la coherencia, el sentido común, el ritmo y que se cuente bien el relato.
–¿Se sabe cómo o dónde se emitirá?
–De momento ni siquiera tenemos título. En cuanto a las fechas, como vamos a estar rodando un año, la idea es estrenar sobre primavera de 2023.
–En 2004 realizó el documental sobre su padre, el guitarrista Paco de Lucía. ¿De qué forma es diferente entrar en la intimidad de un padre, por mucho que sea músico, a hacerlo ahora con Pedro Sánchez?
–Las primeras semanas somos esponjas. Captamos la personalidad del personaje, la atmósfera que crea, sus preferencias y manías, sus miedos... Y a partir de ahí, realizamos un ejercicio de empatía. Empezamos a humanizar al personaje a través de las cámaras. Así lo hice con Paco de Lucía, que fue mi primer documental, y así lo he hecho con Pedro Sánchez. Aunque son dos personajes completamente distintos, así que la forma de abordarlos es muy diferente. En realidad, cada historia te lleva por un camino diferente en base al personaje: es él quien define el guion, no al revés. Con mi padre el desarrollo fue de una manera, con Curro El guion te lo van definiendo ellos mismos. Con paco fue una, con Curro otra, y con Pedro está siendo otro abordaje diferente. Ya hemos presenciado momentos fascinantes de la vida política, y también algunos personales muy interesantes.
–Es un proyecto novedoso en España, pero no en otros países. ¿Se han fijado en ellos?
–En realidad, en España se hizo con Podemos en su día, aunque no cuando estaban en el Gobierno, sino sobre sus comienzos. Fue un documental de Fernández de Aranoa que vimos para coger ideas. En París se han hecho varios proyectos con Macron, En Estados Unidos hay varios documentales sobre Obama... es algo normal.
–El hecho de que haya cámaras presentes, ¿no coarta al final la naturalidad de las relaciones?
–Arrancamos con una reunión del presidente con su equipo técnico y con un equipo de asesores discutiendo medidas con Putin. De aquí a 2023 quedará como archivo histórico. Habrá una distancia lo suficientemente amplia para que no comprometa las decisiones que tome el presidente. Es un lujo ser testigos de primera mano de lo que sucede en Moncloa.