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Iglesia de Notre Dame

Salen a la luz hallazgos arqueológicos en Notre Dame de París, tras las obras del comienzo de su restauración

La grandeza de Notre Dame renacerá con mil robles de los bosques de Francia

Mientras las excavaciones siguen desvelando hallazgos de sarcófagos y catacumbas, la reconstrucción de la aguja necesitará un andamio de 600 toneladas

La catedral de Notre Dame comienza a renacer tras el incendio que arrasó su cubierta hace tres años, y que estuvo a punto de reducir a escombros toda su estructura.

La restauración de uno de los templos góticos más emblemáticos de la cristiandad avanza según el ritmo previsto para reabrirlo al culto, y a los visitantes, a lo largo del próximo año.

El presidente de la República, Emmanuel Macron, tiene previsto visitar las obras este viernes, en el que será su primer acto oficial, después de las últimas semanas de intensa campaña para su reelección, y tras su promesa de reconstruir la catedral en cinco años, como un órdago echado a la adversidad del COVID–19 y sus posteriores restricciones.

Mil robles para el artesonado

El calendario se ha mantenido a pesar de los contratiempos, y los responsables, aunque consideran muy ambicioso el plazo proyectado, creen que será posible abrir el templo al culto. Lo que ya no tienen tan claro es si podrá recuperar, inmediatamente, la riada de los 13 millones de visitantes que recibía antes del incendio y que, ahora, deben conformarse con la pobre foto de la fachada que han dejado visible los andamios.

Lo fieles también se quedan fuera, como en los oficios de esta Semana Santa, que se están celebrando en la explanada de la entrada principal. Mientras, en el interior, se ha retirado todo el material dañado y se han consolidado las estructuras más frágiles bajo un tejado provisional; se ha empezado a restaurar la base interior y exterior, la limpieza de los muros, impregnados de plomo y suciedad por el humo y el paso de los siglos, y se afronta la obra más arriesgada y espectacular: levantar de nuevo la aguja que ardió ante las atónitas miradas de todo el mundo, aquel 15 de abril de 2019.

Para tal fin, será necesario montar un gran andamio de 600 toneladas. Por eso, ya se ha comenzado la tala de mil robles en todo el país, que después deben ser tratados para soportar las inclemencias del tiempo.

Sorpresa en las catacumbas

En el interior, también se trabaja a contrarreloj, aunque sólo se han restaurado dos de las 24 capillas destruidas por las llamas; y el órgano, también muy dañado, se está reparando en tres talleres del centro y el sur de Francia. Sin embargo, debajo de todas las necesarias obras de infraestructura y proyecciones estimadas para la espectacular reconstrucción, han aparecido algunas sorpresas inesperadas.

Las excavaciones previstas para tres semanas, se han extendido dos meses por el descubrimiento de un sarcófago antropomorfo de plomo situado a 80 centímetros bajo el suelo de la nave, y que los expertos atribuyen a un alto dignatario religioso, del se desconoce su identidad.

Además, entre los escombros, han aparecido restos de un antiguo altar del siglo XIII, que fue destruido 500 años más tarde para adaptarlo a las nuevas necesidades de la liturgia con su policromía mejor conservada que la de los restos expuestos en el Museo del Louvre.

También sigue siendo un misterio el origen del fuego, aunque la hipótesis del accidente sigue siendo la más plausible, sin descartar la voluntariedad humana del acto. Las pesquisas, que indican que las llamas comenzaron en el envigado del ángulo sureste del transepto, también han desvelado algunas deficiencias estructurales y en el sistema anti-incendios, cuya aviso tardó demasiado en alertar a los bomberos.

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