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Attendees hold Ruger revolver pistols during the National Rifle Association (NRA) Annual Meeting at the George R. Brown Convention Center, in Houston, Texas on May 28, 2022. - America's powerful National Rifle Association kicked off a major convention in Houston Friday, days after the horrific massacre of children at a Texas elementary school, but a string of high-profile no-shows underscored deep unease at the timing of the gun lobby event. (Photo by Patrick T. FALLON / AFP)

La NRA alimenta el miedo y la conspiración para alimentar el negocio de las armasAFP

La mortífera cultura del rifle que desangra a los Estados Unidos

Después del asesinato de 19 niños y dos educadores en Texas, vuelve a surgir la pregunta en torno al obsesivo culto a las armas en la América rural republicana

Corría el 1776 cuando las colonias estadounidenses declararon su independencia de Inglaterra. Mientras la guerra causaba estragos, los padres fundadores debatían la conveniencia del derecho a portar un arma, o reducir su uso a los miembros de una policía o milicia local que velara por la ley y el orden.

Sin embargo, el problema que no parece sino agravarse con el tiempo, no puede circunscribirse a una sola razón y, por tanto, tampoco tiene una respuesta clara, desde la conciencia de un país colonizador que necesitaba tener un arma para enfrentarse a una tierra por conquistar, llena de peligros y una ciudadanía temerosa de su seguridad personal y la de los suyos.

Colt M4 Carbine and AR-15 style rifles are displayed during the National Rifle Association (NRA) Annual Meeting at the George R. Brown Convention Center, in Houston, Texas on May 28, 2022. - America's powerful National Rifle Association kicked off a major convention in Houston Friday, days after the horrific massacre of children at a Texas elementary school, but a string of high-profile no-shows underscored deep unease at the timing of the gun lobby event. (Photo by Patrick T. FALLON / AFP)

La Asociación nacional del Rifle alienta la sensación de inseguridad en sus consumidoresAFP

Para quienes diseñaron los Estados Unidos de América no había dudas. La vida consistía en defenderse, en primer lugar, de las monarquías europeas y sus potentes ejércitos. Además, las personas que desembarcaron en aquella inmensidad inhóspita, necesitaban cazar y protegerse de animales salvajes, ladrones e indios; aunque algunos también temían que este rearme aumentara la inseguridad y la ley del más fuerte. Sin embargo, este temor real no fue, precisamente, el que se impuso.

La segunda enmienda

En 1791, se llegó al compromiso de lo que se ha convertido en la frase más analizada en la Constitución de Estados Unidos, y probablemente, el centro del problema de los americanos con las armas; la Segunda Enmienda, que reconoce el derecho a ir armado:

«Siendo necesaria una milicia bien regulada para la seguridad de un estado libre, el derecho del pueblo a tener y portar armas, no será infringido».

Dos siglos después, la cultura de las armas es una parte esencial de la mitología estadounidense, del negocio generado por la Asociación Nacional del Rifle y de gran parte de las tragedias personales de los norteamericanos.

An attendee holds a Springfield Armory SAINT AR-15 style rifle displayed during the National Rifle Association (NRA) Annual Meeting at the George R. Brown Convention Center, in Houston, Texas on May 28, 2022. - America's powerful National Rifle Association kicked off a major convention in Houston Friday, days after the horrific massacre of children at a Texas elementary school, but a string of high-profile no-shows underscored deep unease at the timing of the gun lobby event. (Photo by Patrick T. FALLON / AFP)

Miles de millones en publicidad han convencido a los sureños de la necesidad de tener estas armas en casaAFP

Instrumento de genocidio y esclavitud

Para el profesor David Yamane de la Universidad Wake Forest la «cultura de las armas 1.0» como él la denomina, las trataba como herramientas de caza y defensa necesaria contra las alimañas en tierra hostil. Sin embargo, pronto se convirtieron en instrumento de abuso genocida sobre los nativos americanos y esclavos africanos.

A comienzos del siglo XX, la revolución industrial convierte a Estados Unidos en un país cada vez más urbano; se construyen grandes ciudades en las que, inevitablemente, la violencia con armas de fuego protagoniza todo tipo de enfrentamientos.

Miles de homicidios y suicidios

Entre 1900 y 1964, según el historiador Richard Hofstadter, el país registró más de 265.000 homicidios por armas de fuego, además de 330.000 suicidios y 139.000 accidentes.

No es hasta 1934 cuando el gobierno prohíbe las ametralladoras y requiere que las armas sean registradas, además de prohibir portarlas en público.

Lo paradójico es que el pueblo americano estaba a favor de estas nuevas leyes, ya que según una encuesta de Gallup, el 60% de los estadounidenses apoyaba una prohibición total de las armas en 1959. Sin embargo, los asesinatos de los hermanos Kennedy y de Martin Luther King llenó a los estadounidenses de temor. Temor que los fabricantes de armas y la Asociación Nacional del Rifle (NRA), han aprovechado siempre para impedir una nueva legislación, amparándose en la Segunda Enmienda, que en la práctica, enarbola una pseudo–conciencia de sacralidad en nombre de la libertad personal.

Causa común con los republicanos

En las siguientes décadas, la NRA ha hecho causa común con el partido republicano para insistir en que esa Segunda Enmienda fundamenta el derecho a las armas, y que cualquier regulación en este sentido es un ataque a la «libertad personal».

Según Matthew Lacombe, profesor del Barnard College, «la NRA ha creado y alimentado una ideología centrada en las armas y en la identidad del hombre libre norteamericano, poderoso con un arma de fuego entre las manos, especialmente en zonas rurales, donde los republicanos y la ultraderecha protestante buscaban arrebatar el voto a los demócratas».

Convencer de un peligro

Esta ha sido la vía para la «cultura de las armas 2.0»: la publicidad de la NRA convenciendo al temeroso ciudadano que necesitaba tener armas en casa para defenderse de ladrones y de la violencia de las «ghettos» y minorías sociales.

De hecho, la industria del sector ha tomado el oscuro viraje hacia la comercialización de armas y equipos tácticos, cada vez más agresivos y paramilitares, y el acceso a ese material sin apenas permisos, pudiendo hacerse con un gran arsenal por correo postal.

Alimentar el odio y la conspiración

Las ventas se dispararon desde 2009, superando los 10 millones de armas al año desde 2013, principalmente rifles de asalto AR-15 y pistolas semiautomáticas.

Springfield Armory Hellion bullpup rifles (L) are displayed as an attendee holds an M1A series rifle during the National Rifle Association (NRA) Annual Meeting at the George R. Brown Convention Center, in Houston, Texas on May 28, 2022. - America's powerful National Rifle Association kicked off a major convention in Houston Friday, days after the horrific massacre of children at a Texas elementary school, but a string of high-profile no-shows underscored deep unease at the timing of the gun lobby event. (Photo by Patrick T. FALLON / AFP)

La NRA alimenta el miedo y las teorías conspiratorias para distribuir 200 millones de armas.AFP

«La mayoría de los dueños de armas hoy, en especial los nuevos, señalan que la defensa propia es la razón principal para poseer un arma», ha manifestado Yamane.

La consecuencia es que, en dos décadas, han llegado al mercado más de 200 millones de armas, no de caza deportiva, sino de autodefensa del hogar por una agresiva campaña publicitaria de 20.000 millones de dólares, en la que se exagera la inseguridad, el crimen y la agitación racial.

Las trágicas matanzas en Estados Unidos demuestran que el acceso a las armas por parte de ciertas personas es un peligro para el resto, y que es un modelo de negocio de industria de diseñado para sacar provecho del odio, el miedo y la mentalidad conspiratoria.

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