El libro «1984», de George Orwell, encabeza la venta de libros en Rusia
Sólo en 2022, las ventas de esta distopía sobre un régimen autoritario que mantiene una guerra continua para doblegar al pueblo han aumentado un 45 %, convirtiéndose en el libro más vendido
Rusia atraviesa una crisis interna: una crisis de identidad provocada no sólo por un régimen autoritario, sino también por la invasión de otro país soberano, que ha provocado una guerra con Ucrania que se alarga ya diez meses.
Todo conflicto tiene un impacto en el devenir cultural de la nación que lo vive, en su búsqueda de identidad, en su identificación como pueblo. Y muchas veces los cambios se perciben de manera subrepticia. Ese es el caso de Rusia, que expresa sus preguntas no en voz alta y de cara al mundo, sino a través de su consumo cultural.
Que la novela 1984 de George Orwell encabece la lista de ventas de libros electrónicos en Rusia en la categoría de ficción, según informa el servicio LitRes, tiene mucho que decir sobre las inquietudes del pueblo ruso. Y las cifras no son bajas: sólo en 2022, las ventas se han disparado un 45 %. Y el repunte del crecimiento coincide con el inicio en febrero de la «operación militar especial» rusa en Ucrania.
Esta distopía publicada en 1949 describe una sociedad opresora en la que un Gran Hermano controla hasta el último detalle de la vida de sus habitantes, lo que se considera una crítica feroz a la Unión Soviética. De hecho, el Estado mantiene una guerra absurda y continua para doblegar al pueblo, para lograr un sometimiento de la voluntad y la aceptación de vivir en continuo estado de pobreza.
Una crítica a la URSS... y a Putin
Aunque prohibida en la URSS, 1984 fue editada en los años 60 del siglo XX como «samizdat» (publicación clandestina) y fue muy popular entre la disidencia soviética. En los informes del KGB, Orwell figuraba como uno de los escritores más críticos con el sistema totalitario soviético.
Orwell reconoció ser un gran admirador del ruso Yevgueni Zamiatin y su obra Nosotros (1921), considerada la precursora de 1984, y Un mundo feliz, la también distopía de Aldous Huxley.
En 1945 el novelista británico, que se desencantó con el comunismo durante la Guerra Civil española, ya había publicado Rebelión en la granja, una brutal sátira del estalinismo.
El libro encuentra sus ecos también en el actual régimen ruso, aunque su líder, Vladímir Putin, haya querido distanciar su proyecto del de la Unión Soviética. Sin embargo, en 2020 reformó la Constitución rusa para retirar los límites a los mandatos presidenciales, por lo que podría seguir en el poder hasta 2036.
Desde finales del pasado año el Kremlin ha perseguido a la oposición democrática, la prensa independiente y las organizaciones de derechos humanos, y desde el inicio de la intervención militar ha acallado cualquier atisbo de protesta contra la campaña militar en Ucrania. Un paralelismo exacto con lo que Orwell denuncia en su más célebre obra.
Según los más recientes sondeos, más de la mitad de los rusos abogan ahora por entablar negociaciones de paz con Ucrania. Y su búsqueda literaria viene a confirmar sus deseos de un mundo distinto.