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Pedro Sánchez y el presidente de la Academia del cine español, Fernando Méndez Leite, en los Premios Goya el pasado febrero

Pedro Sánchez y el presidente de la Academia del cine español, Fernando Méndez Leite, en los Premios GoyaGTRES

Pedro Sánchez también abandona al cine tras el adelanto electoral

Con la convocatoria de elecciones generales y la disolución de las Cortes, el gobierno se desentiende de la esperada ley del cine y de mecenazgo que ya se estaba tramitando

A estas alturas todo el mundo conoce los inexistentes escrúpulos del presidente del Gobierno. Pedro Sánchez cae desde la noche del domingo desde un edificio muy alto, como en los títulos de crédito de Mad Men, y no quiere estrellarse en diciembre, cuando puede que se haya evaporado. Antes de que eso suceda, ha preferido estrellarse a finales de julio, cuando todavía quede algo de su sustancia.

De lo que ya no queda nada, tras la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones, es de las promesas de su gobierno y de las leyes en tramitación, que quedan suspendidas, abandonadas por sorpresa y sin miramientos, con mayor enjundia la ley del cine y de mecenazgo, una de las medidas más deseadas por un sector que siempre apoyó sin fisuras a un «capitán», Sánchez que abandona el barco el primero.

¿Qué pensará Pedro Almodóvar, por ejemplo, de este desamparo sobrevenido? ¿Qué pensarán los productores independientes que ansían la aprobación de esta ley para dejar atrás la Ley Audiovisual que les perjudica (y ahora les va a seguir perjudicando) en beneficio de las cadenas de televisión?

Sin ley y sin ayudas al sector

El ministro de Cultura, Miquel Iceta, defendió en marzo la ley ahora paralizada: «Este Gobierno no confundirá nunca valor y precio. Por eso, la ley apoya las grandes producciones (...) el acto creativo siempre es una apuesta arriesgada y la misión del Ministerio es hacer posible la cultura en toda su riqueza», aseguraba entonces el ministro para gozo de los ahora desamparados por Sánchez.

Ya no habrá las prometidas ayudas para los productores independientes y, más allá del cine, también detiene la reforma de la ley de mecenazgo, con sus importantes deducciones, y además la ley que iba a equiparar la Fundación del Teatro Real, para mejorar su gestión, con otras instituciones como la Biblioteca Nacional o el Museo del Prado. Una norma que también había salido adelante en el Congreso, según señaló recientemente la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez.

Apenas queda alguien a quien no haya defraudado o desilusionado Pedro Sánchez, como si esa fuera la auténtica medida, y no la legislatura, de su tiempo como presidente ya al grito de ¡Sálvese quien pueda!, es decir, en su caso, solo él mismo.

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