Presentación de Madridismo y Sintaxis
Andrés Amorós, Borja Sémper y el Real Madrid en la cultura y en la política
Jesús Bengoechea publica una selección de sus mejores textos como autor en La Galerna, la revista de culto madridista de la que también es editor
Madridismo y Sintaxis es un pequeño árbol nacido después de una galerna o, mejor dicho, de La Galerna, que es la revista madridista surgida de los vientos furiosos que barrieron todo el futbolerismo del caletre de su autor y editor en la tormenta, Jesús Bengoechea, para empujarle a crear tan singular publicación.
El libro es «solo» un árbol del frondoso bosque «galernauta», el término que ha calado como la gota o las gotas finas de estilo que permitieron que creciera tanto como para que don Andrés Amorós viniera a inaugurarlo como se inauguran los barcos, botándolos como un balón mientras recitaba, porque él a estas alturas ya solo habla con la sentencia en extinción de la poesía.
No hay artistas mejores ni peores sino solo absolutamente identificados con su arte
Dijo Amorós, además de «versos», algunas verdades absolutas como que no hay artistas mejores ni peores sino solo absolutamente identificados con su arte. Por eso si se habla de Literatura se piensa en Cervantes, si se habla de música se piensa en Bach, y si se habla de fútbol se piensa en Di Stéfano. Pero ¿es acaso el fútbol un arte o puede ser visto como tal?
Seguro si cuenta Andrés Amorós, como lo cuenta, que a Pahiño uno del Barcelona le marcaba fuerte porque no podía ser que leyera a Tolstoi y a Dostoievski. Precisamente esta es la idea de La Galerna: conjugar el fútbol, en realidad el Real Madrid, con Tolstoi y Dostoievski. Dice el autor, Jesús Bengoechea, que Sánchez Dragó le contó una vez que eso nunca había podido ser así porque para ser «progre» había que odiar el fútbol.
No se podía ser futbolero y menos, además, madridista: el mal absoluto. El mal por el que Borja Sémper fue señalado en su Irún natal. La estigmatización política del Real Madrid que recordó el diputado del Partido Popular cuando una vez fue al colegio con su camiseta del Madrid y volvió a casa apedreado. Y que cuando su madre fue a pedir explicaciones le dijeron que era mejor que no volviera a llevar la camiseta, motivo por el cual ella misma obligó al día siguiente a su hijo a ir al colegio con la misma camiseta.
Lo del Barcelona ya no es afición, sino religión
Se habló de las mentiras históricas sobre el Real Madrid y el Barcelona. Sobre cómo trascendió la leyenda de que el club de Chamartín era franquista y el catalán el adalid de todo lo contrario, cuando condecoró hasta tres veces al dictador. O cuando el mismísimo general Millán Astray, el reverso de lo anterior, fue expulsado del Bernabéu por ofender con sus palabras a una mujer.
Contó Sémper que unos amigos donostiarras le confesaron que les habían inoculado en su infancia el odio a los blancos, pero que no podían recordar el motivo concreto. Y también recordó cómo vivió el primer partido en un bar de Madrid cuando vio que todos (en vez de nadie) celebraban los goles.
Las dos cosas que tiene España son el sol y ese endiablado Real Madrid
Intervino Amorós para decir que lo del Barcelona ya no es afición, sino religión: algo irracional contra lo que no se puede luchar, y abundó en otros mantras que desactivó con precisión respecto a la creencia extendida de que el Madrid es el equipo «de los ricos» al recordar que el Bernabéu se construyó gracias a las aportaciones de los humildes madridistas de la posguerra, esas colas por las que Santiago Bernabéu afirmó que estaban «salvados», y que el hijo del expresidente Luis de Carlos explicó en que había «hambre de ocio».
Casi la misma hambre de ocio que produce La Galerna en el XXI, este Madridismo y Sintaxis que además de lema es libro y árbol de Jesús Bengoechea, la esencia del ideólogo de un bosque inspirado en las glorias del Real Madrid que van mucho más allá del fútbol, como en aquella frase de Churchill que trajo el protagonista: «Las dos cosas que tiene España son el sol y ese endiablado Real Madrid».