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Una dedición contemporánea del 'Diccionario de la lengua española', junto a una edición de 1780

Una edición contemporánea del Diccionario de la lengua española, junto a una edición de 1780A. HEREDIA

Diez curiosidades sobre nuestra lengua, el español

Un idioma que comparte muchas semejanzas con otras lenguas también derivadas del latín. Pero aunque fue forjándose desde la caída del Imperio Romano hasta que pasó a ser conocida como la Lengua de Cervantes y en siglos posteriores, son muchas las curiosidades que alberga este idioma. No solamente relacionadas con las palabras que usamos a diario, sino también por la historia y su evolución

El idioma español tiene una presencia determinante en la comunicación mundial. De hecho, es el segundo idioma más utilizado en el planeta, consecuentemente, cuenta con una rica historia. A continuación, diez particularidades respecto a su origen, uso e influencia. El español es sumamente rico y precisamente por ello posee un sinfín de rarezas y singularidades en muchos países que lo hablan como lengua oficial, algunas incluso resultan desconocidas.

1. Lengua oficial en seis continentes

Aunque muchas personas creen que el español solamente se habla en Europa y América, lo cierto es que es un idioma muy extendido que actualmente se habla en los seis continentes. En el continente europeo solamente se habla en España. En cambio en América es lengua oficial en la mayoría los países de centro américa y Sudamérica, a excepción de Brasil, pese a que en este último ya son millones de personas las que lo hablan como segunda lengua.

Los otros continentes que se enorgullecen de hablar esta lengua común son África, Oceanía y la Antártida. En África contamos con Ceuta y Melilla, que son bien conocidas. Además, Guinea Ecuatorial tiene el español como primera lengua oficial. En Oceanía se habla español en la Isla de Pascua, dado que es un territorio que pertenece a Chile. El caso de la Antártida es parecido al anterior ya que el castellano ha llegado gracias a Argentina y Chile en las localidades de Fortín Sargento Cabral y en Villa La Estrella.

2. Primer documento en español

El primer escrito relacionado con el castellano data del año 959. Su autor, un monje del monasterio de San Justo y San Pastor, en La Rozuela. El monje anotó las primeras palabras que se conocen escritas en castellano para apuntar un listado de víveres y entregas de quesos. Por este motivo el escrito se conoce como el Nodicia de Kesos. Sin embargo, respecto a este tema existe mucha discrepancia. Muchos expertos aseguran que el primer texto antesala del castellano fueron las Glosas Emilianenses, mientras que la RAE sostiene que fueron los escritos conocidos como Cartulario de Valpuesta.

Nodicia de Kesos

Nodicia de Kesos (959)

3. La palabra más larga tiene veintitrés letras

De acuerdo con la RAE, la palabra más larga que figura como lema en el diccionario académico es «electroencefalografista» y consta de veintitrés letras. Al incluir el matiz de figurar como lema en el diccionario académico descarta otras opciones como por ejemplo, los plurales, que podrían alargar las palabras pero no están recogidos. La RAE recoge «electroencefalografista» en su diccionario bajo la definición de «persona especializada en electroencefalografía», es decir, en la «parte de la medicina que estudia la obtención e interpretación de los electroencefalogramas», que a su vez es un «gráfico obtenido por el electroencefalógrafo», quien está definido como «registrador gráfico de las descargas eléctricas de la corteza cerebral».

4. Antiguamente el castellano era conocido como «el Cristiano»

Cuando los árabes habitaron el sur de España y la práctica totalidad de la península, emplearon esta palabra para diferenciar a las personas que hablaban castellano de aquellas que utilizaban lenguajes árabes. Entre los siglos VIII y X una parte en la península ibérica hablaba árabe, otra hebreo y otra en latín, que luego dio lugar a las lenguas romances. Según José Luis Herrero, profesor de Lengua Española de la Universidad de Salamanca, «a la lengua de los árabes la llamaban algarabía. En español esa palabra pasó de significar una lengua que no entiendes a un grito o confusión. En ese sentido es que aparece la frase hablar cristiano frente a hablar árabe o hebreo».

5. Las letras que más pronunciamos

Las vocales E, A y O, y las consonantes L y S son las que más utilizamos los hispanohablantes en nuestra vida diaria. Pero es la letra E la que lidera el ranking con un 16,78%, seguida de la O (11,96%), la L (8,69%) y la S (7,88%). En el lado opuesto se encuentra la W con un 0,01%. La letra E es también la que más veces aparece en Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, un ejemplo perfecto de nuestra cultura y lengua expresado en la literatura.

6. Existencia de palíndromos

Los palíndromos son palabras que se leen igual de derecha a izquierda que viceversa. Nuestra rica lengua española contiene palabras, incluso frases, que se pueden leer igual en ambos sentidos. Prueba a leer en ambas direcciones las siguientes frases que te proponemos: Anita lava la tina. ¿Son robos o sobornos? La ruta nos aportó otro paso natural.

7. Es uno de los pocos idiomas que tiene futuro de subjuntivo

Este tiempo verbal es poco común en el uso diario, pero es utilizado a menudo en algún refrán o academicismo. Típicamente, aparece en la segunda parte del dicho «adonde fueres, haz lo que vieres». Este tiempo verbal es muy antiguo y solo lo compartimos con la lengua portuguesa. Actualmente, solo sobrevive activamente en el lenguaje jurídico.

8. La diferencia entre el verbo ser y estar

El español es uno de los pocos idiomas en el mundo con una distinción tan clara entre ambos verbos. De hecho, ni siquiera el latín contemplaba esta distinción. Las únicas lenguas indoeuropeas que diferencian entre los conceptos filosóficos del ser y de estar son el gallego, el catalán y el portugués.

9. El español es el segundo idioma más rápido de pronunciar

Un estudio realizado confirma que el español es el segundo idioma más rápido del mundo, justo por detrás del japonés. La Universidad de Lyon pone de manifiesto que en el español y en el japonés la carga de información en cada sílaba es menor, por lo que los hablantes se ven obligados a realizar construcciones más largas y utilizar más palabras a la hora de expresar sus ideas.

A la izquierda, los 17 idiomas seleccionados ordenados en función de su tasa de sílabas/segundo. A la derecha, el mismo orden, pero controlando por información/segundo. Mientras en la columna de la izquierda hay grandes disparidades y lenguas como el japonés o el español condensan muchísimas más sílabas, en la derecha todas se igualan. Su ratio de información transmitida es similar, porque adaptan su velocidad.

A la izquierda, los 17 idiomas seleccionados ordenados en función de su tasa de sílabas/segundo. A la derecha, el mismo orden, pero controlando por información/segundo. Mientras en la columna de la izquierda hay grandes disparidades y lenguas como el japonés o el español condensan muchísimas más sílabas, en la derecha todas se igualan. Su ratio de información transmitida es similar, porque adaptan su velocidad.

10. La letra Y puede llevar tilde

Uno de los hechos más curiosos sobre la ortografía española que muchos hispanohablantes desconocen es que la letra «y» puede acentuarse. Podremos ver esta letra acentuada en palabras con grafías arcaicas o desusadas como Ýllora, Ýñigo y otras palabras en español antiguo. Existen algunas palabras en las que esta letra tiene valor vocálico. La mayoría son nombres propios (topónimos y apellidos) que han conservado su forma antigua, propia de épocas en las que era habitual el uso de la «y» en posición interior o inicial de palabra.

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