El ministerio de Cultura impone la ley del silencio en los museos estatales
El ministro Urtasun continúa con su particular cruzada sectaria contra enclaves culturales contrarios a los ideales marcados por su formación
Hartazgo con Urtasun y su trabajo impositivo de dirección y control en los museos estatales. Borja Sémper, vicesecretario de Cultura y portavoz del Partido Popular -además de vicepresidente segundo de la Comisión de Cultura del Congreso- ha sido el último en denunciar esta situación. Como parte de su día a día desempeñando sus funciones organizativas con los gestores culturales, el político ha estallado con el cambio en las relaciones con sus compañeros de trabajo.
Yo me he reunido con muchos directores de museos nacionales y estatales y nunca, hasta la llegada de este ministro, había tenido ningún problemaVicepresidente segundo de la Comisión de Cultura del Congreso
Tras la irrupción de Ernest Urtasun en el mundo cultural, todo ha dado un giro de 180º, más aún tras el señalamiento de ciertos enclaves de importancia para la Historia de España, siendo uno de ellos el Museo de América. Ahora, el equipo del ministro, como recoge ABC, indica que «le ha entorpecido una reunión con Andrés Gutiérrez Usillos», director del mencionado museo. Esa cultura colonial, fuertemente marcada por una leyenda negra cada vez más consumida, está en el punto de mira del portavoz de Sumar. Borja Sémper denuncia también el férreo control y que, para poder hablar con un director de un museo, es necesario pedir cita a través del ministerio.
Esto yo no lo había visto nunca, que un director de un museo me diga que para entrevistarme con él tengo que pedir permiso a través del gabinete del ministroVicepresidente segundo de la Comisión de Cultura del Congreso
¿Cómo empezó todo? Gracias a la descolonización, o intento de, del ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Urtasun. Dos meses después y todo sigue igual. Una llamada se produce y el ministro habló con el director de dicho museo, todo muy cordial y amable. A partir de esa llamada, se intenta concretar una cita y, en palabras textuales, «la sorpresa mayúscula». El director del museo indica que es preferible solicitar la reunión a través del propio ministro o, en defecto, de su gabinete.
Me indican que sería preferible que se hiciera la petición de la reunión a través del ministro o de su gabinete. Reenvío este mensaje para ver si podemos dar respuesta lo antes posibleDirector del Museo de América
Sémper decide registrar una pregunta parlamentaria con respuesta escrita. «¿Considera el ministro de Cultura que los diputados de esta Cámara necesitan de su permiso para visitar museos estatales y reunirse con su dirección?» Como recoge de nuevo ABC, ayer recibió, un mes después, la ansiada respuesta: «Se informa a sus señorías que tal permiso no es necesario». Sin embargo, las sospechas de Sémper de la orden «verbal» y «directa», sí existió.
El contenido de los museos peligra y el primero de ellos ha sido el tesoro Quimbaya, regalo del Gobierno de Colombia a España a finales del s. XIX y que Sumar, en su primera medida cultural, pretendía devolver. Continuará la equívoca lucha del ministro contra los museos, gracias a que es lucha central y prioridad ministerial, pero la principal temeridad es la devolución de piezas históricas.
Sémper cree que «el ministro no quiere que se evidencie que el Museo de América es un museo convencional, en el sentido de que no apuntala ninguna teoría colonial. Hay una distancia sideral entre lo que el ministro dice y lo que nuestros museos representan». Añade también, al hilo del control de las reuniones, que su voluntad es «tener una relación normalizada con las instituciones que son de todos los españoles, independientemente de que el Ministerio de Cultura esté desplegando una posición excesivamente ideologizada. [...]»