Lesionado Valadez, triunfa Román
El valenciano corta la primera oreja de la Feria, en una encastada corrida de Fuente Ymbro
En la segunda corrida de Feria, el primer fin de semana, casi se llena de nuevo la Plaza , aunque no sea un cartel con figuras. La encastada y seria corrida de Fuente Ymbro propicia una tarde emocionante: el mexicano Leo Valadez sufre una lesión en el hombro, al entrar a matar a su primero. Román, muy valiente, corta una oreja, la primera de la Feria, y roza la Puerta Grande. El Fandi mata tres toros con su conocido oficio.
Con 24 años ya de matador, El Fandi atrae público porque aporta entusiasta entrega y espectáculo, con las banderillas. Está ahora recuperándose de una lesión. Esta vez, en los tres toros que mata pone banderillas con el mismo esquema, de dentro a fuera y cierra con el recurso del celebrado par al violín. No ha sido ésta su mejor tarde: casi todos los pares quedan traseros.
El primer toro protesta en el caballo; se mueve, embiste con fuerza, se sale al final de cada muletazo: eso es cómodo, para el torero, pero resta brillantez. De rodillas y de pie, El Fandi realiza una pelea más ardorosa que ortodoxa, que levanta división. Mata pronto pero mal, muy tendido, y vemos la hermosa muerte de un toro bravo que se resiste a caer.
Recibe con una larga cambiada al cuarto, que intenta saltar al callejón. Lo pican mal. Brinda al público y liga muletazos con oficio a un toro pronto, que obedece y transmite. El trasteo es desigual, tiene la emoción que aporta el toro. La espada cae baja.
Por la lesión de Valadez, mata el sexto, que cumple en el caballo, embiste con clase y humilla, le permite estar a gusto, a pesar del viento, que ha molestado toda la tarde. El trasteo es voluntarioso, desigual; la faena no cuaja y surge una nueva división. Mata desprendido, alargando el brazo.
El valenciano Román conecta fácilmente con el público, por su valor y su habitual sonrisa. Abrió esta temporada con la proeza de matar seis toros, en su tierra, y cortó una oreja en Las Ventas el Domingo de Resurrección. Esta tarde, realiza una de las mejores actuaciones que yo le recuerdo.
El segundo, Orgulloso, es un gran toro: acude pronto al caballo y derriba, le miden el castigo. Cita Román de largo, el toro acude pronto, con alegría: se suceden los muletazos ligados, emocionantes. Remata la vibrante faena por bajo y mata bien (ha olvidado ya su muy grave percance, en esa suerte). El trofeo es muy justo.
El quinto es el toro de más edad, más peso y más altura de la tarde. Sale echando las manos por delante, embiste con fuerza al caballo, hace hilo y voltea a César Fernández. Embiste brusco, no es fácil. Román no se amilana, traga, aguanta parones. Se la ha jugado de verdad, con valor auténtico, y el público está con él. Quieren que mate bien para pedir otro trofeo pero la espada queda trasera y contraria, suenan dos avisos, todo se queda en una aclamada vuelta al ruedo.
De los nuevos toreros mexicanos, Leo Valadez es el que ha obtenido mayores triunfos entre nosotros. Tiene soltura y variedad. El tercero se llama Hechizo, como una antigua película sentimental de David Niven que me encantó: acude bien al caballo. Quita Leo por vistosas chicuelinas y tafalleras. Comienza bien, flexionando la rodilla, pero el toro, quizá por cierta falta de fuerza, suelta tornillazos: se suceden los enganchones. Con este toro, es un error técnico concluir una serie con una arrucina: el toro lo engancha por la zapatilla y de milagro se libra de la cornada. Al entrar a matar con decisión, sufre un volteretón, recibe un golpe en la cabeza con el testuz y queda con el brazo derecho inmóvil, caído. Pasa a la enfermería y no puede volver a salir: el golpetazo le ha sacado el hombro derecho, sufre una fuerte luxación y quizá una fractura. Por su entrega, se ha ganado el respeto del público.
No ha sido un festejo «de fin de semana», con público benévolo. La seria corrida de Fuente Ymbro ha mantenido toda la tarde la emoción. Hemos visto la casta brava de unos toros y la de un torero, Román, que ha rozado la Puerta Grande: ésa es, sencillamente, la verdad de la Fiesta.
POSTDATA. Urtasun está dando muchísimo juego, en la Fiesta: ha logrado que se interesen por los toros muchos nuevos espectadores y muchos periodistas, nuevos o no. Antes de ir a la Plaza, es motivo de chistes y de mensajes; en la Plaza, cuando el espectáculo decae, su nombre, en una pancarta o en un grito, bastan para suscitar el regocijo general. Además, es un comodín para cronistas y literatos: si el festejo ha ofrecido pocos aspectos destacados, es un tema de éxito seguro… Habría que nombrarle Antitaurino de Honor del año 2024: se lo ha ganado a pulso.
Conviene no equivocarse de motivo: el Premio Nacional importa muy poco, muchos se han lanzado ya a sustituirlo. Lo grave es la cruzada contra la Fiesta, por varios motivos: porque infringe una ley vigente. Porque manipula los datos de asistencia. Porque pone en peligro el trabajo de miles de personas e insulta a cientos de miles de aficionados, de todas las tendencias políticas. Porque intenta destruir una seña de identidad española, una tradición de siglos del pueblo español. Definitivamente, todo eso no tiene nada de gracioso, aunque suscite chistes y pancartas. Y no olvidemos que el verdadero responsable de todo ello no se llama Ernest Urtasun sino Pedro Sánchez.
FICHA
- Madrid. Feria de San Isidro. Sábado 11 de mayo. Casi lleno. Toros de Fuente Ymbro, serios, bien armados, encastados; sobresale el excelente segundo.
- EL FANDI, de azul marino y oro, media muy tendida (aviso, silencio). En el cuarto, estocada caída y descabello (aviso, silencio). En el sexto, que mata por la lesión de Valadez, estocada desprendida (palmas).
- ROMÁN, de celeste y azabache, estocada contraria (aviso, oreja). En el quinto, estocada trasera y contraria (dos avisos, vuelta al ruedo).
- LEO VALADEZ, de verde y oro, estocada (lesionado, pasa a la enfermería).