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16 de septiembre de 2024

Mario de las Heras
Mario de las Heras
¿A los toros? ¡Qué suerte!

En San Isidro con Almeida y Teresa Urquijo, pero sin Urtasun: no se puede tener todo

La tarde en Las Ventas era gris y azul y luminosa, llena de gorras de chulapo, pitos y claveles, como el que se recolocaba en la solapa la flamante esposa del alcalde

Madrid Actualizada 13:21

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y su mujer, Teresa Urquijo en las Ventas

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y su mujer, Teresa Urquijo, en las VentasGTRES

Pues otro lleno en Las Ventas. Con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y señora, Teresa Urquijo, y la consejera Marta Rivera de la Cruz, pero sin el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en fecha tan señalada para la cultura de Madrid: 15 de mayo, San Isidro. Qué se le va a hacer. No se puede tener todo y, para continuar, tampoco el toro, que era en todos los sentidos un atropello, peligroso y escarbador, características casi gubernamentales.

Gorras de chulapo, pitos y claveles

Pero esto, lo del toro y los toreros, es cosa de don Andrés Amorós. La tarde isidril era gris y azul y luminosa, llena de gorras de chulapo, pitos y claveles, como el que se recolocaba en la solapa la flamante esposa del alcalde. Pura fiesta y festivo donde al parroquiano se le nota que lo es y al que está de paso también. El habitual no se inmuta y el novato en los tendidos se remueve nervioso en su sitio escueto y mira y se remira en tan curioso lugar.

Sobre el murmullo madrileñista y español y taurino resonó en la Plaza abarrotada la impresión gozosa que provocó el primer remate del confirmante Alejandro Fermín. Fue como una ola de sonido con su espumita y todo: espuma de mar madrileño en cuya playa todo un palco como salido de El Jarama, la novela de Rafael Sánchez-Ferlosio, pero engalanada para ir a los toros, merendaba con regusto a esa hora de gusilla entre platos que pasaban de mano en mano y de fila en fila como estrellas de rock lanzadas al público en un concierto.

«¡Viva España! ¡Vivan los toros!»

Bullía Las Ventas de costumbrismo entre las majas con flor, el aroma del puro, el jamón, el vino, el pueblo, los políticos y el chotis Madrid de Agustín Lara interpretado por la banda y coreado por el madrileñismo y por Almeida, que sonreía y saludaba ante la escena. Muchos se dieron cuenta entonces de su presencia y empezaron a llamar su atención desde todas partes con la mano y con la sonrisa y a hacerle fotos incluso desde la lejanía. Todo el mundo estaba tan contento que se aplaudía lo inaplaudible en el ruedo, pero no importaba.

La tarde fue de triunfo aunque no lo hubiera, y en el ínterin un señor se dormía, por si faltara algo, y una señora también. Una modorra puntual que alcanzó hasta al 7. Esto también son los toros, donde siempre pasa algo, como que una señora se riera como se reía Florinda Chico cuando alguien gritó: «¡Viva España! ¡Vivan los toros!» y todo el mundo lo repitió. Una pena que no estuviera, para oírlo, Urtasun. Pero no se puede tener todo.

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