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Andrea Levy: «Ayudamos a desenmascarar al independentismo y su sueño irreal»

Andrea Levy, autora de 'La utilidad de todo este dolor'Paula Argüelles

Entrevista a Adriana Levy, autora de 'La utilidad de todo este dolor'

Andrea Levy: «El dolor me ha generado más confianza en mí misma porque me ha hecho ver mis debilidades»

Andrea Levy ha escrito La utilidad de todo este dolor. Cuando sobrevivir se convierte en una forma de (mal vivir) de La Esfera de los libros. En él relata una década infernal en su vida y en Cataluña

Andrea Levy se lanza al ruedo de la escritura, los libros y las firmas en la próxima Feria en el Retiro con La utilidad de todo este dolor. Cuando sobrevivir se convierte en una forma de (mal vivir) de La Esfera de los libros. Un relato que es como una metralleta disparando sobre los acontecimientos de una década infernal en Cataluña y en su vida personal.

–Andrea, –como digo–usted entrelaza una década de política y dolor creciente: ¿tanto daño le ha hecho la política en Cataluña?

–No, para nada. Yo creo que eso me ha fortalecido, en el sentido de que cuando luchas por aquello por lo que crees o intentas que tu voz se escuche para dar amparo a aquellos que también piensan como tú y que necesitan tener a alguien que les defienda, que le represente, que sea su voz frente al unísono que se escuchaba durante muchísimo tiempo de que Cataluña quería ser independiente y que solo había la voz de un único pueblo que era independentista. Al revés. Yo sentí que ahí había una utilidad. Si bien es cierto que hubo dolor, porque cuando ves cómo se divide a la sociedad, cuando ves como se inocula una especie de veneno para que odies a aquel que tiene que ser tu igual, al final todos somos seres humanos ciudadanos y pretendemos vivir en paz y en convivencia. Y cuando eso se rompe evidentemente que hay dolor. Y si que lo vi en los años 2015, 2016, 2017, entre amigos, familiares, compañeros, vi cómo te señalaban, se señalaba; cómo se ponían distintivos o colores para separar a unos de otros y que lo vieras claramente, que no formas parte de ese grupo de los lazos amarillos. Vi cómo se ponían cruces en las playas de Cadaqués, donde yo había veraneado toda la vida para. Bueno, pues que ya te sintieras extraño cuando te hacen sentir extraño en tu propia tierra, sufres.

Necesitaba pensar cómo había llegado hasta allí

–Un relato bravo y valiente: ¿ cómo da el primer paso para escribir algo tan íntimo? No solo por los hechos políticos, sino su vida personal.

– Ha sido para mí un deber conmigo misma. En realidad, el hacer balance de un tiempo que pasó muy rápido y que, en cierto modo, había cosas que yo necesitaba pacificar. Necesitaba reflexionar sobre ellas. Necesitaba pensar cómo había llegado hasta allí. Y quería darle una utilidad a todo eso que en parte es poderme explicar, pero poder servirle a alguien de ayuda a mi experiencia, que es lo que me encuentro ahora con la gente que lo lee. Para ello necesitaba que fuera un relato honesto, que fuera un relato sincero, porque yo necesitaba que fuera sincero conmigo misma, pero también para las personas que lo leyeran. Y la verdad es que a medida que iba tecleando, que iba escribiendo, que iban pasando las páginas y que a veces sentía cierto pudor de bueno, esto a lo mejor cómo va a ser interpretado... pero me he dado cuenta a lo largo de estos años que que no hay que tenerle miedo a esa sinceridad porque, al final, es como mejor te haces entender y cómo la gente conecta contigo. Muchas veces pretendemos enmascararnos por vergüenza, por pudor, o bien porque pensamos que siendo otro o, fingiendo ser otro, convenceremos más y yo creo que no. Y creo que a pesar de todo lo que se explica en el libro, que es lo que yo he vivido, que es lo que es lo que soy, que es lo que me ha pasado, intento que todo tenga un punto positivo o que al final digas –bueno–, pues he hecho balance y ahora soy mejor o he crecido personalmente por todo lo que me ha ocurrido, que son errores que no vuelves a cometer.

La utilidad de todo este dolor (La esfera de los libros)

La utilidad de todo este dolor (La esfera de los libros)

He encontrado personas que han merecido la pena y con las que me he sentido acompañada

–¿Quién le ha ayudado a vivir?

–¿A vivir esta década? Bueno, yo conmigo misma; es decir, las ganas que tenía de hacer lo que estaba haciendo, con la responsabilidad que me habían dado en ese momento. Es decir, encontrarme en esa situación, eh, de un día al otro. Y de responsabilidad y de querer hacer las cosas bien y perfectas que mereciera la pena ser vividas. Eso me daba fuerza, pero también muchas personas que me he encontrado en el camino que me han ayudado. Contrariamente a aquello que se dice que la política son todo puñaladas y son todo personas que quieren el «quítate tú para ponerme yo», también he encontrado personas que han merecido la pena y con las que me he sentido acompañada. Eso pues sí, sí lo destaco. Pero bueno, yo creo que cuando te sientes orgulloso de lo que haces, también te acompañas a ti mismo en seguir adelante.

– ¿Cómo mira aquella década vertiginosa? ¿Se arrepiente de haber dado la cara?

–No, en absoluto. Mil veces volvería porque es gratificante. La política a veces está mal vista porque algunos se han aprovechado de ella y la han utilizado en su propio interés. Pero a pesar de los sinsabores que en algún momento puntual tiene, es muy gratificante porque estás tú; eres simplemente uno, pero estás acompañado de mucha gente a la que representas y eso te da cada día esa humildad y esa entereza a la vez de salir adelante y dar esa cara que decías que hay que dar. Miro la década como una década en la que afortunadamente hay muchas cosas que ya no suceden o que ya no están tanto al orden del día como, por ejemplo, algunos personalismos de partidos que venían a asaltar los cielos y que nos decían a todos cómo teníamos que ser y que vivir y que ellos eran mejores y que bueno, quedó demostrado donde llegó esa gente y para qué llegó esa gente a la política. Y luego creo que esa década, a pesar de todo, con los últimos resultados que hemos visto en Cataluña, Yo soy muy crítica y lo he sido siempre. ¿Cómo es esa gestión? Porque creo que se llegó demasiado tarde. Sí es cierto que todo lo que se hizo, por muy difícil, complicado y duro que fuera en ese momento, hoy vemos los resultados de todo aquello porque sí creo que ayudamos a desenmascarar al independentismo con ese sueño irreal que quería hacer y sobre todo con esos políticos independentistas tramposos y nocivos dividiendo la sociedad que hay en las urnas. Han recibido ese varapalo por parte de la sociedad que ya no se ha dejado engañar.

Un pueblo, sobre todo, se rompe cuando lo empobreces intelectual y culturalmente

–Me gustaría que usted, como protagonista de aquellos años, cuente cómo se rompe culturalmente a un pueblo, porque cuenta muy bien cómo –por ejemplo– se le pone en los programas de televisión «sola ante el peligro» .

–Un pueblo se rompe cuando le inocula su odio, como una manera de diferenciar a unos y a otros. Y un pueblo, sobre todo, se rompe cuando lo empobreces intelectual y culturalmente. Barcelona era un crisol cultural justamente porque convivía gente llegada de todas partes que hicieron de ella su hogar y que, al revés, aportaban y añadían a la cultura catalana. Hablo de Carmen Amaya, hablo de Vargas Llosa, que también está en Cataluña, en Barcelona, en sus mejores años. Lo ha reconocido porque ahí la gente diversa se junta para enriquecerse. Y entonces cuando tú dices eso ya no es cultura catalana. Cuando tú dices que la cultura catalana tiene que ser así, tiene que pasar por ese embudo, el embudo, al final, de muy grande se hace muy pequeño. Yo creo que a Cataluña le pasó eso y Barcelona está pagando las consecuencias de ya no ser una ciudad donde sucede una efervescencia cultural. Justamente por eso, porque se dijo que todo tenía que ser de esa manera y que sobre todo la política nacionalista tenía que supervisarlo todo. Y eso evidentemente pasa porque a ti te llevan. Si te dicen que no vayas a TV3 pero te dicen que no vas a salir en los programas de la televisión catalana, pero te llevan para, en cierto modo, decirte «es que tú no formas parte de esto», claro, yo no podía participar muchas veces en determinadas conversaciones, porque de lo que se hablaba era un micro universo que estaba fuera de cualquier homogeneización. Te hacen participar de su marco mental que te niega a ti como parte de lo que se está hablando. Entonces, sí, había que estar allí, había que representar. Tenían que notar que ibas a ser molesta, pero tenías que estar. Ahora bien, ellos han jugado a una cosa que yo creo ha sido muy malvada. En la televisión y en los medios catalanes. Aquel que consideraban no buen catalán, es decir, bueno, charnego, el de la periferia de Barcelona. Y que viene, pues de dudosa procedencia por no ser de los ocho apellidos catalanes, era una persona menos culta, era una persona menos formada. Era una persona con menos capacidad intelectual. Y eso lo han hecho muy sibilinamente, colocando determinadas formas de entrevistar o de aparecer en esos programas a quien daban voz si no hablaba catalán, o si consideraban que hablaba mal catalán. Y eso lo hicieron durante mucho tiempo para que tú te significaras como una pobrecita: «esta es que no está lista porque no es buena catalana».

En mi caso, el dolor ha sido una cura de humildad

–¿Qué utilidad ha tenido para ti tanto dolor por la enfermedad y por la exposición mediática?

–Me lo pregunto mucho estos días. Sobre todo con mucha gente que me da su testimonio sobre el dolor. Todos atravesamos dolor en alguna etapa de nuestra vida, en algún momento. Y sin embargo, tú y yo no podemos homogeneizar tu dolor y el mío. No sabemos. No sabes cómo es el mío. No sé cómo es el tuyo. Y sobre todo, no sufrimos el mismo impacto del golpe en cosas que son emocionales. Claro, el dolor físico, el dolor emocional, pero también el dolor por lo que nos sucede alrededor y que nos duele, por cómo se vive, por cómo se atraviesan esas circunstancias. Entonces, algo que es tan universal como el dolor, es difícil que lo podamos comparar unos con otros. Sin embargo, yo creo que de ese camino que atravesamos con el dolor, todos podemos sacar una experiencia o salimos de ese dolor de otra forma que nos tiene que educar para si. Luego si se vuelve a repetir, no hacerlo de la misma manera. Y en mi caso, el dolor ha sido una cura de humildad. El dolor me ha generado más confianza en mí misma porque me ha hecho ver mis debilidades, pero también mis fortalezas. Y el dolor me ha dado una sensibilidad para con otras personas, para la empatía hacia la que miro a otras personas, que saco una conclusión al final positiva. Y es por lo que me animé a escribir ese libro, digamos, haciendo un striptease de cómo soy, cómo padezco.

Andrea Levy

Andrea LevyPaula Arguelles

–Y no le ha dado mucha vergüenza publicar algo tan íntimo?

–No. Es que no me avergüenzo de nada. No me puedo avergonzar de haber pensado que hacía las cosas bien. De haber luchado por lo que quería. De sentir cosas que han de doler. ¿Cómo no me va a doler lo que pasa en Cataluña? ¿Cómo no me va a doler lo que se vivió el 1 de octubre? ¿Cómo no me va a doler? Ese dolor a mí no me avergüenza. Ese dolor en parte es lo que me anima, me empuja a seguir.

Lo pasado tiene un resultado que, es decir, la independencia no la ibais a traer nunca.

–Pero explica tan bien, por ejemplo. la bajada al infierno de la depresión. Quien la haya tenido, cuando lo lea, verá....

–Eso es una cosa que te va pasando poco a poco y, de repente, estás allí y dices ¿ cómo he llegado hasta aquí? ¿Porque estoy en este, en este hundimiento? Y entonces vas intentando buscar apoyos, encontrarlos. Y es muy difícil ese proceso porque mayoritariamente haces un paso y tiras tres para atrás. Pero en mi caso –insisto– que la experiencia de ir atravesando todo eso y salir y ver el final es lo que ahora me hace querer dar ese testimonio. Porque encontrar las palabras o que alguien pueda ver en esas palabras lo que él siente también le ayuda a comprenderse. Y yo, por ejemplo, con libros, con lecturas que voy comentando, que iba haciendo, también me ayudaban a sobreponerme de lo que estaba pasando. Porque hay un engaño en pensar que si tú no miras hacia adentro o que tú pretendes ignorar lo que te pasa, o hacer ver que no te pasa directamente, es decir, «aquello de lo que no se habla no existe», aquello se va haciendo más grande. Yo creo que verbalizarlo, expresarlo y encontrar, sobre todo, un espejo en el que mirarse, te ayuda.

–Yo la veo muy bien

–Sí, sí, sí, sí. Porque, bueno, también los dos meses después de escribirlo, pasé una etapa complicada. Porque, claro, te vacías de todo. Ha sido mirar hacia atrás una década. Lo que, por ejemplo, se cuenta en episodios del Parlament y se declaró la independencia. Y estás. O sea que te llevan los demonios. Y aquí, evidentemente, es como, ¿yo por qué estoy aquí dando la cara? Aquí han conseguido lo que quieren. Cuando haces esta relectura, pasado cinco años, todo está más templado. Y entonces, puede ser crítico, pero puedes aportar lo que luego pasó. Yo decía estos días lo que ha pasado en Cataluña que en parte tiene mucho que ver con que en el año 2007 pasaron unas cosas que fueron muy gordas y que se dio una respuesta. Es decir, al final no puedes engañar todo el rato a todo el mundo. Y todo eso que pasamos en ese momento y cómo fuimos de combativos y cómo nos negábamos a que eso sucediese. Lo pasado tiene un resultado que, es decir, la independencia no la ibais a traer nunca.

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