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13 de septiembre de 2024

Sede de The New York Times

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'The New York Times' manipula la lista de los libros más vendidos en favor de los de izquierdas

El periódico ya había sido acusado de «maquillar» los libros. Ahora The Economist lo ha documentado a través de un estudio

El mítico y todopoderoso periódico neoyorquino The New York Times ha sido acusado de manipular los libros después de que un estudio constate que favorece desproporcionadamente a los escritores de izquierda, según publica The Times. Son las nuevas acusaciones de parcialidad a las que se enfrenta la publicación. Anteriormente fue denunciado por «maquillar los libros», una sospecha a simple vista que se ha visto corroborada por un estudio de The Economist, que certifica la preferencia del influyente periódico por los escritores de izquierda.

The Economist ha descubierto, después de seleccionar a varias editoriales que se definen de centro-derecha sin ambages, que los libros de estos autores tienen un amplio porcentaje menor de probabilidades de aparecer en la lista de los más vendidos del antaño prestigioso periódico, hoy convertido en el mayor medio de comunicación y difusión de la subcultura «woke».

The New York Times lleva haciendo esta lista desde 1931, con un supuesto «estricto control» y rechaza desde hace años las acusaciones de parcialidad que no son solo acusaciones sino hechos demostrados con el análisis de datos de The Economist, y no solo por las palabras que Elon Musk pronunció en marzo, calificando la lista de «pura propaganda».

Rob Henderson, James Patterson (quien fue uno de los acusadores primeros) y Mike Pompeo, casualmente exsecretario de Estado de Donald Trump, han sido algunos de los superventas certificados y misteriosamente desaparecidos de la prestigiosa lista de The New York Times que, según el diario, está sometida a un «estricto control» que en realidad debe de referirse a un «estricto control» para que solo aparezcan libros de temática izquierdista entre los más vendidos: una extraordinaria forma de influir totalitariamente en los gustos de los lectores, a los que solo se ofrece una versión ideológica y se les priva de otras.

The New York Times respondió a The Economist al respecto: «Las opiniones políticas de los autores o sus editores no tienen absolutamente ninguna relación con nuestras clasificaciones y no son un factor en cómo se clasifican los libros en las listas. Hay varias organizaciones con listas de los más vendidos, cada una con diferentes metodologías, por lo que es normal ver diferentes clasificaciones en cada una», una explicación farragosa que no responde y aclara las acusaciones ni, por supuesto, rebate con datos fidedignos y opuestos las informaciones de The Economist, que respondió con sutil y dirigida prudencia: «Se supone que la lista funciona como un reflejo de lo que el público está leyendo e influye en lo que los consumidores podrían querer. Una lista más transparente sería más útil».

Black Lives Matter

Precisamente, la palabra «woke» apareció por primera vez en The New York Times en un artículo de 1962 titulado If You're Woke, You Dig It («Si estás despierto, lo entiendes»), que trataba sobre la jerga de los negros. Aquel «woke» terminó siendo el punto de partida en el XXI del «woke» moderno desde el Times y el surgimiento del Black Lives Matter.

El término «woke» se ha convertido en sinónimo de políticas de izquierda que abogan por temas como la igualdad racial y social, el feminismo, el movimiento LGBTI, el uso de pronombres de género neutro, el multiculturalismo, el activismo ecológico o el aborto. Esa «nueva religión de la izquierda», como dijo Jacinto Benavente del comunismo, en cuya Biblia periodística ha querido convertirse The New York Times, además de por otras muchas razones, por «cancelar» (el boicot social y profesional característico) libros de una lista simplemente numérica.

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