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02 de julio de 2024

Javier López-Galiacho firma ejemplares de su obra en la última Feria del Libro

Javier López-Galiacho firma ejemplares de su obra en la última Feria del Libro

Entrevista

Javier López-Galiacho: «Mi abuelo me contó que su padre hizo buenas migas con Galdós»

El lector de Galdós (Sial Pigmalión, 2024) es la nueva obra del jurista, escritor y profesor universitario, quién a través de una valiosa foto real de su familia traza un fresco teatral imaginario (y quizá no tan imaginario) de los últimos días del autor de los Episodios Nacionales

El abuelo de Javier López-Galiacho le contó que su padre fue lector privado de Benito Pérez Galdós cuando este quedó ciego por una queratosis ocular. El escritor necesitaba quien le leyera y también quien le dictase. Cuenta el jurista, escritor y profesor universitario que así fue en el caso del último Episodio Nacional dedicado a Cánovas o el de sus ultimas obras de teatro, tarea de la que se encargaba su secretario particular Pablo Nogués. Cree López-Galiacho que la gran actriz Margarita Xirgu fue quien presentó a Galdós a su bisabuelo, el también actor Pepe López Alonso, con quien compartió cartel en Voluntad, en 1895 y en el Teatro Español de Madrid. El autor de El lector de Galdós asegura que se empapó de toda la biografía actualizada que se editó con motivo del centenario de la muerte del gran escritor canario en enero de 2020 como aconsejaba Umbral: leerse todo para, desde el poso dejado, levantar la obra.

Cubierta de El lector de Galdós (Sial Pigmalión, 2024) de Javier López-Galiacho

Cubierta de El lector de Galdós (Sial Pigmalión, 2024) de Javier López-Galiacho

–¿Cómo surgió la idea de este libro? Fue una foto e imaginación…

–En la Navidad de 2019 comí con el maestro de la escena Manuel Galiana, quien me pidió ideas para celebrar el aniversario de Galdós. Le conté que yo era el custodio familiar de una foto donde mi bisabuelo, el actor teatral Pepe López Alonso, está leyéndole a Galdós, y le dije que no había nadie como él para encarnar a don Benito en un encuentro dramático con su lector. Llegó la pandemia, el aniversario quedó casi inédito, yo seguí leyendo todo lo que salió sobre Pérez Galdós y pergeñé la obra que se la entregué en papel al actor para su estudio y también al editor de Sial Pigmalión para editarla en libro y presentarla en la ultima Feria de Madrid.

Pensé en un diálogo donde un Galdós emocionado se abre al lector amigo en sus sentimientos personales

–¿Y la imaginación?

–Me imaginé un encuentro de Galdós con su lector la tarde del 20 de enero de 1919, último año de la vida del escritor y cuando venía emocionado de haber inaugurado su estatua en el Retiro labrada por las manos del escultor Victorio Macho y costeada por el pueblo de Madrid que le adoraba y veneraba por haber construido en su obra y a través de sus personajes literarios ese Madrid galdosiano que aún pervive. Pensé en un diálogo donde un Galdós emocionado se abre al lector amigo en sus sentimientos personales, familiares, amorosos, sobre su visión de la ingente obra literaria y teatral, su conciencia sobre España, su recorrido político, que fue muy amplio, cerrando su vida con una serie de consejos y deseos para los jóvenes españoles. El lector logra la confianza de Galdós y a través del diálogo con el escritor canario obtiene una confesión de todo aquello que hasta entonces calló o no quiso recordar. Ahí están publicadas sus Memorias de un desmemoriado (el título lo dice todo), donde Galdós obvia muchos pasajes de su vida.

En la familia Galiacho se ha venerado a Galdós y el teatro se lleva en las venas

–¿Es una novela? ¿una novela dialogada? ¿una obra de teatro? ¿Se queda entre ambas como un nuevo género?

–Está a caballo entre la obra dramática como punto de partida, pero acaba siendo casi más una novela dialogada o incluso un ensayo teatralizado.

–¿Cómo fue la relación entre el lector y el oyente? Se sabe que Galdós no era precisamente un hombre hablador.

–Mi abuelo me dijo que su padre le confesó que hizo buenas migas con don Benito, quien, en efecto, tenía fama ganada de ser un hombre muy reservado.

–He leído que alguien dijo que era una novela de toda su familia, más allá de su bisabuelo, un homenaje soterrado con Galdós en un papel protagonista.

–En la familia Galiacho se ha venerado a Galdós y el teatro se lleva en las venas. Pepe López Alonso y su mujer no quisieron que sus dos hijos se dedicaran a las tablas y les obligó a ser brillantes médicos. Mi abuelo Emilio fue héroe militar en el Desastre de Annual. Fue el último en abandonar aquel puesto militar y lo hizo cargando en mulas a heridos y sobreviviendo al ataque despiadado de las tropas rifereñas de Abd el Krim. Luego fue médico brillante en Albacete y tiene allí hoy calle como su hermano que la tiene en Cabañas de la Sagra (Toledo) por su vocación médica.

Fotografía original donde el actor Pepe López Alonso le lee a un Galdós ciego

Fotografía original donde el actor Pepe López Alonso le lee a un Galdós ciego

–¿Qué parte hay de ficción y de no ficción?

–La ficción, a partir de una foto, preside la arquitectura de esta obra , pero le puedo decir que casi el cien por cien de los que dice Galdós está sacado de sus entrevistas, textos, sus memorias, cartas y también de su obra literaria.

–¿Se va a representar?

–Galiana está muy animado con su estreno el próximo octubre en Madrid en su teatrito del barrio de Embajadores y yo de que una leyenda del teatro español como él, la llevé a escena. Nadie como Manuel para encarnar a este Galdós cercano, sincero y de despedida de la vida. En estas semanas de presentación en Madrid o mi tierra de Albacete, Galiana ha emocionado al público encarnando a Galdós. A mi me gustaría que fuera representada en Las Palmas donde está su casa museo y le adelanto que mi intención es donar la foto de Galdós y su lector al Museo de su ciudad y casa natal.

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