Eliminar los delitos contra los sentimientos religiosos protege la libertad de expresión según Urtasun

Dijo Ernest Urtasun en una reciente intervención televisiva que el objetivo de las políticas de regeneración impulsadas por Sumar, dentro del plan de regeneración democrática del Gobierno, era lograr el consenso con las fuerzas políticas del Congreso para derogar por completo la llamada «ley mordaza», en realidad la Ley de Seguridad Ciudadana. Nada tiene que ver esta ley con algunos delitos contemplados en el Código Penal, pero Sumar y el ministro de Cultura apuntan en esta dirección, mayormente, donde «viven» los delitos por injurias a la Corona, por enaltecimiento del terrorismo o contra los sentimientos religiosos, los que más parece que preocupan al ministro.

Urtasun hizo hincapié en esto, señalando los dos preceptos legales (la ley de Seguridad y el Código Penal), uniéndolos en su afán derogador y poniendo el acento en los delitos del Código Penal «la parte de injurias, porque eso es lo que ha llevado a la gente a prisión, por eso esta parte es tan importante como la Ley de Seguridad Ciudadana...», a lo que la presentadora interrumpió: «los casos de Valtònyc y Pablo Hásel», a lo que el ministro dijo: «Exactamente».

El mensaje que añadía Urtasun en X al vídeo de esta intervención decía así: «Eliminar los delitos de injurias en la Corona, en las altas instituciones del Estado o contra los sentimientos religiosos protege la libertad de expresión y creación de nuestros artistas. Gracias a @Sumar y @SomComuns, estas medidas formarán parte del paquete de regeneración». ¿Es cierto que eliminar esos delitos protege la libertad de expresión y creación de los artistas o lo único que se pretende es la protección de ciertos «artistas» cuya base de su «arte» es esencialmente la injuria siempre en la misma dirección?

Insultar al Rey, pero no a un inmigrante

Cualquiera diría que la libertad de expresión a la que se refiere Urtasun es solamente la que le interesa: la proposición sobre libertad de expresión de Sumar por la que se podría insultar al Rey al mismo tiempo que la Fiscalía, como sucedió el pasado el marzo, sí puede imputar por delito de odio a un preso que insultó a otro por solicitar el cambio de sexo a mujer. Tampoco sería delito homenajear a un terrorista asesino (insultando de este modo a las víctimas, a la sociedad, amigos y familiares), sin que esto sea delito de odio, y sí insultar a una emigrante, hecho por el que un hombre fue condenado (por delito de odio).

Urtasun, ministro de Cultura, y su partido quieren que no se condene a nadie por insultar al Rey, a España, a los sentimientos religiosos o por enaltecer el terrorismo porque «protege la libertad de expresión y creación de los artistas». ¿El resto de insultos, entonces, no los protegen? ¿No es delito de odio insultar los sentimientos religiosos o enaltecer a un terrorista? La proposición de derogación parece más bien sectarismo de la peor especie, donde unos políticos, minoritarios, además, como Sumar, en contra de la separación de poderes, de los principios fundamentales de una democracia y del imperio de la ley contra la arbitrariedad del poder político, como es el caso, decretan qué es delito y qué no lo es.