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10 de septiembre de 2024

El exlendakari Iñigo Urkullu en el festival Jaialdi de Boise

El exlendakari Iñigo Urkullu en el festival Jaialdi de BoiseGobierno vasco

Boise, la ciudad estadounidense que habla euskera y puso carteles de «Gora Obama» en la campaña presidencial

En el XIX un grupo de inmigrantes vascos se instalaron en Idaho y atrajeron a muchos más hasta crear toda una comunidad que se extiende siglos después

La ciudad de Boise es el centro de una inmigración vasca que se produjo a mediados del XIX producida por la Fiebre del Oro. El núcleo de todos esos emigrantes se estableció allí y creció hasta el punto de que, como anécdota, su alcalde, de origen vasco, puso carteles de «Gora Obama» durante la campaña presidencial.

De este modo los vascos forman parte de la historia de Estados Unidos del mismo modo que otros pueblos. Boise fue el lugar donde se quedaron y donde la cultura vasca se convirtió en predominante a miles de kilómetros de su origen. Muchos de ellos, en aquellos inicios, solo sabían hablar en vascuence y en la neoyorquina isla de Ellis, lugar de recibimiento de todos los futuros pobladores estadounidenses, se las vieron y desearon para entenderse con aquellos españoles.

Frontones e ikastolas

Vito Corleone no hablaba, ni siquiera en italiano, como se ve en El Padrino, así que le pusieron en cuarentena, como a tantos. Ni siquiera se llamaba Vito Corleone, sino Vito Andolini, pero como venía de Corleone, la confusión y la falta de entendimiento le puso aquel nuevo apellido. Cuentan que en el caso de los vascos al final se hicieron entender gracias a otro español que también hablaba español, y luego a través de un estadounidense que hablaba español.

Es curioso que la inmersión lingüística, casi dos siglos después, quiera volver a aquel galimatías. Qué bien les hubieran venido entonces, y no ahora, los pinganillos del Congreso. En Boise hay un barrio vasco, por supuesto. También hay un frontón e ikurriñas abundantes ondeando por las calles. También hay bares vascos y una ikastola. El pueblo se llama Boise (donde también hay un festival, el Jaialdi), pero por qué no se podría haber llamado Bilbao como Ámsterdam, la ciudad del Estado de Nueva York. Será que, por una vez, los bilbaínos no fueron los primeros.

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