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El escritor H.G. Wells

El escritor H.G. Wells

Diez frases para siempre de H.G. Wells, el escritor que imaginó Internet además de 'La máquina del tiempo'

El autor de El hombre invisible o de La guerra de los mundos, gran intelectual, utilizó la fantasía para evadirse de sus grandes preocupaciones sociales que al final de su vida no logró contener

Herbert George Wells se partió una pierna de niño y se entretuvo leyendo los libros que su padre le traía de la biblioteca. En esa convalecencia germinó el impulso literario del niño de Bromley por el que estallaría La Guerra de los Mundos. Pero su alistamiento temprano no supuso su rápida puesta en acción . La pobreza y la incapacidad para trabajar de su padre debido a un accidente le obligó a ponerse a trabajar en distintos oficios, pero la mirada del escritor fabuloso ya estaba echada.

El hambre fue un buen combustible para la imaginación del soñador que estudió biología gracias a una beca en Londres, donde empezó a mostrar sus tendencias narradoras en la revista escolar. El hambre, los problemas financieros y la abundancia de mujeres fueron habituales en su vida. Se casó con su prima y acabó escapándose con una antigua alumna. La Máquina del Tiempo fue su primera novela y su primer éxito y marcó el inicio de cuatro años febriles en los que escribió sus obras más famosas como El Hombre Invisible, La Guerra de los Mundos o La Isla del Doctor Moreau.

Diez Frases de H.G. Wells:

  • «Adaptarse o morir, ahora como siempre, es la naturaleza inexorable del mundo».
  • «Los humanos, en su orgullo, han creído que son dueños de la Tierra; pero aún no han sido capaces de dominar ni siquiera a sí mismos».
  • «La historia es una carrera entre educación y catástrofe».
  • «La historia está llena de advertencias que, lamentablemente, ignoramos una y otra vez».
  • «La imaginación es el medio más poderoso que poseemos para conocer el mundo».
  • «La verdadera sabiduría consiste en reconocer nuestras propias limitaciones».
  • «El verdadero viaje no consiste en llegar al destino, sino en apreciar el viaje mismo».
  • «El hombre es un animal obstinado, siempre buscando respuestas a preguntas que nunca se ha atrevido a hacer».
  • «La imaginación es el aliento de la mente humana, y sin ella, la vida carecería de significado».
  • «La única forma de tener éxito en la vida es intentarlo una y otra vez, incluso cuando los obstáculos parecen insuperables».

En estas y en otras historias, como en Historias del Espacio y del Tiempo, prefiguró imágenes icónicas para siempre como la de los marcianos. En sus disquisiciones íntimas, que explotaron en cuentos de ciencia ficción, también prefiguró con brillantez la llegada de avances impensables como una suerte de internet en su libro World Brain, donde habló de un Cerebro Mundial que contuviera todo el volumen del conocimiento humano. Esa idea del progreso inventivo Wellsiano provenía de un alma con ideales socialistas en el ínterin del XIX al XX, un empuje que acabó desplazando la ciencia ficción por la novela social y la sátira que había empezado a introducir también en sus libros primeros, pero que había restado credibilidad a sus famosas «visiones».

Wells fue un Julio Verne más complicado, en su obra y en su ser, que se debatió entre el pesimismo sobre la sociedad de la época y el optimismo en la evolución gracias a la biología. De estas preocupaciones y anhelos surgieron las últimas novelas de su vida, previo paso por una etapa costumbrista y humorista. Ensayos políticos y sociales sin ningún interés propio por lo literario: «Prefiero ser un periodista que un artista», dijo. Al final de su vida, enfermo, la esperanza en la raza humana se transformó en una visión sombría del futuro por el que tanto se había preocupado y del que tantas cosas había predicho e imaginado el hombre al que Anatole France definió como «la mayor fuerza intelectual del mundo de habla inglesa».

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