Urtasun reconoce el natural retroceso del catalán y admite que hace todo lo políticamente posible para pararlo

Siempre es difícil, mayormente un imposible, que un político responda con concreción a lo que se le pregunta, incluso a cuestiones referidas por afines ideológicos. No responder concretamente es como no decir exactamente la verdad para guardarse siempre una posible salida: los trucos del oficio.

El ministro Urtasun también se los sabe. De hecho es político casi desde la infancia, su única profesión, como para no saberlos. A Gabriel Rufián, su interrogador, le ocurre lo mismo.

Este le ha preguntado (en catalán) al titular de Cultura qué hace para defender el catalán, y aquel le ha respondido (en catalán), reconociendo el imparable retroceso de la lengua (que contrasta con la influencia política en España de sus defensores parlamentarios), que «aumentando las ayudas a las lenguas cooficiales y estatutarias» (es decir, subvencionando la imposición lingüística), aumentando la presencia de autores en lenguas cooficiales en ferias internacionales (que traducido significa discriminar a los artistas por la cuestión de su lengua), colaborando con academias e instituciones para promocionar el catalán: promocionarlo utilizando todos los recursos (en detrimento del idioma común y de otras lenguas del Estado).

Y para terminar su asombrosa respuesta, que prácticamente ha pasado desapercibida, pese a su gravedad, ha dicho que están muy atentos «apoyando económica y políticamente a todas aquellas entidades (se ha referido a unas valencianas, cuando la pregunta era sobre el catalán) que están sufriendo los ataques de PP y Vox en esta materia. Tienen nuestro apoyo porque yo mientras sea ministro de Cultura no toleraré ningún ataque a la pluralidad lingüística y cultural de nuestro país», que es precisamente lo que está haciendo, atacar a la pluralidad lingüística de nuestro país, con todas las mencionadas acciones y medidas en favor del catalán, la lengua que retrocede de modo natural y se mantiene de modo político.