Mike González, Senior Fellow de la Heritage Foundation
«La palabra ´latinx´ es un término típicamente woke que solo defienden sus partidarios de izquierdas»
Académicos de izquierda tratan de imponer a los hispanos de EE.UU. el término «latinx», aunque se han encontrado con una fuerte oposición
Estados Unidos se encuentra en la vanguardia de la lucha contra la ofensiva del progresismo por imponer su agenda ideológica a la sociedad y, en particular, la ideología woke.
De la mano del Partido Demócrata y de la administración Biden-Harris, la ideología woke ha tratado de conquistar espacios en Estados Unidos, aunque se ha encontrado con la férrea oposición de una sociedad que quiere defender sus valores.
El intento de imponer el término «latinx» a los hispanos de Estados Unidos es el último episodio de una batalla sin cuartel.
De ello ha conversado con el debate Mike González, Senior Fellow de la Heritage Foundation, la institución de referencia para los conservadores estadounidenses.
–¿Puede explicar la polémica en torno al término «latinx» en Estados Unidos? ¿Por qué es tan grave?
–Es un término típicamente woke que solamente lo defienden sus partidarios. Los norteamericanos de origen ibérico en este país ya han demostrado muchas veces, en múltiples encuestas, que piensan que «latinx» es un término ridículo que no utilizan.
Puedes pasarte horas en un café de Miami, una bodega del Bronx o un restaurante del Valle del Río Grande sin oírlo. En este sentido, ya el término «hispanic» fue impuesto en los años 70 por razones ideológicas. Después, académicos de izquierdas lo cambiaron a «latino» para eliminar la referencia a España.
Creo que esto fue una doble estupidez. Primero, España o, mejor dicho, Iberia, es el único punto en común que un cubano-norteamericano tiene con un mexicano-norteamericano o un brasileño-norteamericano.
Segundo, el término latinoamérica fue inventado por colonialistas franceses para incluir a Francia. «Latinx» es la tercera evolución de una tendencia errónea.
–¿Se está perdiendo en Estados Unidos la guerra contra la imposición de la ideología woke?
–La guerra se está ganando en el sector privado, donde muchas corporaciones están abandonando una ideología que claramente divide y les hace perder clientes. También se está librando de manera muy intensa en el sector escolar, donde los padres están dispuestos a defender a sus hijos por encima de todo.
Donde sí sigue vigente la ideología woke es en el sector gubernamental, tanto a nivel federal como estatal. Precisamente, hace muy poco tiempo escribí un artículo sobre cómo las empresas huyen de la agenda woke mientras la administración Biden-Harris tratan de imponerla.
–¿Qué daños está ocasionando la agenda woke en la sociedad estadounidense?
–Es un peligro para las libertades individuales y para el país en su conjunto. Desde el punto de vista individual, si temes decir lo que piensas y te censuras constantemente por temor a que te cancelen, ya no eres un ciudadano libre.
Es nuestro deber forzar a nuestros gobiernos de todos niveles –federal, estatal y local– a que respeten nuestros derechos constitucionales. Pero también es un peligro general para todo Estados Unidos.
La agenda woke comprende una estrategia que aboga por la defensa de los miembros de grupos raciales y sexuales considerados «marginales» para socavar el sistema americano. Es un «Caballo de Troya» para practicar el genocidio cultural, aquí y en todo el mundo occidental.
–¿Es el Proyecto 2025 una enmienda a la totalidad a la agenda woke?
–El Proyecto 2025 es la versión de este año de un asunto que hemos hecho todos los años con elecciones presidenciales desde 1980, Mandate for Leadership.
La única diferencia es que este año, una izquierda sin ideas y programas políticos concretos emprendió una batalla contra Mandate for Leadership porque no tenían otra cosa. Ahora bien, como vemos a la agenda woke como una amenaza, es normal que nosotros tratemos de neutralizarla.
–¿Cómo ve la situación en Europa desde el punto de vista social y cultural en medio de la ofensiva ideológica de la izquierda que trata de imponer también en el viejo continente la agenda woke?
–Europa es un actor fundamental en Occidente (precisamente Occidente se originó allí), pero se ve enfrentada a varios retos.
Uno de ellos es este bochorno que se siente con el patriotismo, la religión o la familia. En Estados Unidos lo padecemos igualmente, pero también existe una resistencia muy importante.
Asimismo, muchos países europeos carecen de libertades constitucionales como la primera enmienda, que garantiza la libertad religiosa y de expresión, o la segunda, que defiende el derecho a poseer armas.
Afortunadamente, parece que estamos viendo un cierto despertar en Europa, por ejemplo, con Vox en España, que se da cuenta de la importancia y la necesidad de defender unos determinados valores.