
La razón humana permite entender por qué es imposible que exista más de un dios
Por qué es imposible que exista más de un dios
La razón humana puede ser un buen instrumento a la hora de acercarse mínimamente al conocimiento de un ser supremo
A lo largo de la historia muchas han sido las religiones sostenidas en el politeísmo. No solo eso, en la actualidad es común una cierta tendencia al panteísmo y a corrientes espirituales que hablan de la conexión con el «todo», el «universo» o la propia naturaleza.
Desde el punto de vista de la razón humana, el conocimiento de la divinidad está ligado a la metafísica. Multitud de filósofos se han esforzado por cerrar mínimamente el abismo que nos separa del ser supremo. Precisamente, es la propia razón la que permite llegar a conclusiones que demuestran que no es posible la existencia de más de un Dios.
Infinito, simple y único
Durante siglos la filosofía ha tratado de esbozar un imposible retrato de la divinidad. Para ello ha puesto su atención en las características, los atributos, que necesita el «ser» para que podamos concluir que es un Ser por encima de cualquier otro ser. Dejando a un lado la fe, la sola razón permite reconocer atributos como la perfección, la infinitud, la simplicidad y también la unicidad.
Para entender el motivo por el que solo puede haber un dios es necesario comprender primero su infinitud y su perfección. Respecto a la primera cuestión, explica santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica que «hay que tener presente que se llama infinito a aquello que no tiene limitación» y el filósofo español Antonio Millán-Puelles remarca que, cuando se predica de Dios, supone que Él «esta falto de toda falta».Si entendemos lo que significa la divinidad, el Ser en mayúsculas, tiene que ser necesariamente todopoderosa, «todo lo que se puede ser». Por este mismo motivo, la razón nos señala la perfección de Dios, un Ente ajeno a cualquier potencialidad puesto que «no le falta ninguna grandeza», como ya supo ver el cordobés Averroes y al que cita el propio Aquinate en su magna obra.
Siguiendo con esa breve explicación de los atributos de Dios se sigue la necesidad de su unicidad. Volviendo a Millán-Puelles y sus Fundamentos de filosofía, concluye que «el Ser divino no puede multiplicarse» y los motivos que sostienen esta afirmación son sencillos de explicar: «Para que existiesen varios dioses, sería preciso que cada uno de ellos poseyera algo no tenido por ninguno de los otros».
Si hemos concluido que el ser supremo no tiene limitación y posee toda la grandeza, es imposible que no sea uno solo. No es posible la infinitud ni la perfección en el politeísmo y ambos atributos son necesarios en la divinidad para ser considerada como tal desde el punto de vista de la filosofía.