Un Gaudí alejado de los tópicos inaugura una gran exposición en Barcelona
El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) estrena una gran exposición dedicada al genial arquitecto catalán
El Museo Nacional de Arte de Cataluña, (MNAC) ha estrenado una gran exposición dedicada al genial arquitecto Antoni Gaudí, una exposición que pretende «huir de los tópicos» sobre su obra y su figura, en palabras del comisario Juan José Lahuerta. Lo hace a través de 650 objetos arquitectónicos, de diseño y mobiliario, de obras de arte, planos o fotografías.
«Aquí no nos basamos en un Gaudí tópico, en la idea de su alegría, de la luz, del color, del Mediterráneo... de algún modo sería la otra cara, la de un Gaudí extraordinariamente complejo y por este motivo mucho más rico», explica Lahuerta, también director de la Cátedra Gaudí de la Universidad Politécnica de Barcelona.
Un Gaudí que no vivió en una Barcelona tranquila, una ciudad que tampoco era «flors y violes» y eso se ve reflejado en la exposición.
Uno de los elementos más destacados lo componen dos muebles de la familia Güell. Se trata de un tocador y una chaise longe diseñada por Gaudí para el palacio Güell. Hay que tener en cuenta que Eusebio Güell fue el gran mecenas del arquitecto. Aquí se quiere romper uno de los tópicos que acompañan a Gaudí. Se dice que era incomprendido o un personaje desconocido en la época, pero lo cierto es que muchos de sus clientes formaban parte de la burguesía catalana.
También destaca la reconstrucción del vestíbulo del piso principal de La Pedrera, con mobiliario que el museo ha recompuesto, o uno de los tapices que Josep María Jujol hizo por encargo del arquitecto para los Juegos Florales de 1907.
Bomba Orsini
Están las fotografías, como la tomada en 1920 por un autor anónimo delante de la Sagrada Familia, seis años antes de que Gaudí muriera tras ser atropellado por un tranvía. En la foto aparece Lluís Millet y también otra persona que se tapa la cara con el sombrero para que no lo fotografíen. Es Gaudí.
Otro ejemplo fotográfico de la Barcelona convulsa de la época es donde se recoge una escultura que se encuentra en el templo de la Sagrada Familia: reproduce una bomba Orsini, la bomba que un anarquista lanzó al patio de butacas del Liceo y que acabó con la vida de 20 personas. Es ofrecida a un obrero por el demonio, como si fuera una especie de sustitución de la manzana de Eva. Y es que, como dice Lahuerta, su arquitectura estaba comprometida con «la Barcelona popular y revolucionaria».
Cuatro años han tardado los responsables del MNAC en recopilar todas las piezas para una exposición que repasa la trayectoria de Gaudí desde los años de formación hasta su muerte. Un camino al que pretenden dar un contexto temporal y social poniendo de relieve la relación de Gaudí con otros arquitectos y artistas de la época. Se podrá ver en la capital catalana hasta el próximo 6 de marzo.
Posteriormente viajará al Museo d'Orsay de París. Una de las novedades de la visita es el audio guía con el que los visitantes podrán hacer el recorrido de la exposición escuchando textos narrados por el actor Josep María Pou.